Hubo un tiempo, y no tan lejano, en el que la única forma de avisar a los servicios de emergencia de un accidente en carretera pasaba por encontrar un poste SOS en las inmediaciones, lo más cómodo, o por caminar hasta el pueblo más cercano en busca de una cabina. El auge imparable del móvil hizo que el primer sistema, instalado en autovías y nacionales en los años ochenta, fuera poco a poco quedando obsoleto hasta el punto de que en el último año completo de funcionamiento (2011) apenas se recibieron por esta vía 48 llamadas de auxilio (por avería o accidente) procedentes de Castilla y León, Asturias y Cantabria en el Centro de Gestión de Tráfico de Valladolid.
Así que tocaba dar la puntilla a este método de comunicación directa en carretera después de 22 años en servicio, en el caso de las vías de la provincia, no solo por su escasa utilidad sino dado que su coste anual de mantenimiento alcanzaba los 64.655 euros. Y así lo hicieron el año pasado los operarios de la Dirección General de Tráfico (DGT), que retiraron para siempre los 150 postes que estaban diseminados por las grandes vías vallisoletanas. Cumplían así la orden firmada ya en 2010 por el entonces director de la DGT, Pere Navarro, quien señaló entonces que solo el mantenimiento de los 5.800 postes que había en España costaba 2,5 millones cada año (Noticia)
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