La bicicleta se está haciendo hueco en la calzada a brochazos, redibujando las calles de Vitoria. En decenas de ellas conviven ya bidegorris tatuados en sentido contrario a la circulación, franjas amarillas que avisan del inicio de las zonas 30, flechas de dirección y bandas divisorias de los nuevos espacios con las tradicionales señales para aparcamientos, autobuses y los pasos de cebra. Toda esta profusión de pintura pretende reordenar los distintos modos de transporte, ahora que los ciclistas urbanos están llamados a saltar a la carretera, pero hay arterias donde es tal el maremagnum de marcas que ese afán por facilitar la convivencia se transforma en situaciones de riesgo. Por eso, la asociación de autoescuelas de Álava solicita la puesta en marcha de "campañas de divulgación, concienciación y formación" para que los conductores se reciclen y sepan estar alerta a los cambios.
Si un profesional del volante como Txomin Nasarre necesita tomarse "unos segundos de reflexión" al acceder a alguna de esas arterias, ¿qué va a ser de un simple automovilista? El presidente de la asociación advierte de que "la nueva señalética es un lío en ciertas calles". Locura en el caso de Olaguíbel, donde hasta hace unos días llegó a haber hasta espacio para las motos. Y ese enredo todavía conlleva más riesgo porque "mucha gente conduce por inercia". De ahí la necesidad de que los ciudadanos aprendan a interpretar toda esa abundancia de pintura y a concienciarse de que es preciso respetarla porque hay un nuevo elemento en la carretera más frágil que el coche. "Hay cruces donde ahora ya no sabes ni de dónde viene la bicicleta, con esos carriles en sentido contrario al tráfico, a no ser que te molestes por formarte", apunta Nasarre. (Seguir leyendo)
www.noticiasdealava.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para hacer comentarios en el blog de Asextra, debes estar registrado.