sábado, 11 de mayo de 2013

Dos jóvenes guardias civiles salvan a un conductor perdido en Jaén

Un ganadero de Segura tuvo un accidente, su coche cayó por un terraplén, invisible desde la carretera, y de no ser por la contumaz búsqueda de dos guardias civiles, quizás no lo hubiera contado. Son el cabo David y el agente Francisco Javier, destinados en Santiago-Pontones. Una carretera de sierra, con frondosa vegetación a los dos lados.
Ni un alma. Un coche se sale de la carretera y cae ladera abajo, hasta adentrarse unos cien metros en el bosque, entre la Sierra de Segura y Albacete. El hombre, malherido, acierta a avisar por teléfono de lo ocurrido, pero no es capaz de dar un referencia para localizarlo. Es el 5 de mayo, alrededor de la una y media de la tarde. El protocolo de búsqueda para estos casos se pone en marcha, pero pasan las horas y no hay éxito. La Guardia Civil rastrea los lugares por donde se piensa que está y nada.
El cabo David y el guardia Francisco Javier, que trabajan en Santiago-Pontones, tienen la idea de recorrer una carretera que une las pequeñas poblaciones de Góntar y Pedro Andrés, ya en La Mancha. No les queda otra que andar y desandar, en busca de frenadas u otro indicio que les permita atisbar que un coche se ha salido de la calzada. Sobre las cuatro y media de la tarde, lo encuentran. Oculto detrás de unos árboles, está el coche del desaparecido, con él dentro. Ya con ayuda de personal sanitario, hacen una cadena para rescatarlo. La gravedad de sus heridas obligó a trasladarlo en helicóptero hasta el Hospital Neurotraumatológico de la capital, donde se recupera, como explica el alcalde de Santiago-Pontones, Pascual González, de donde es vecino.  La “ocurrencia” de los jóvenes agentes la Benemérita les hizo cumplir aquello que dice la cartilla del Cuerpo, que les recuerda que son “pronóstico feliz para el afligido”. (Información)
/wwwdiariojaen.es

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