La polémica imagen de Iker Casillas conduciendo cuando se lesionó una mano y tuvo que ser escayolado invita a recordar la peligrosidad de una práctica que muchos llevan a cabo aunque ley y especialistas lo prohíban expresamente.
Cuando la imagen de Iker Casillas conduciendo con un brazo escayolado a raíz de una lesión sufrida en competición saltó a los titulares hubo quién incluso pidió que la DGT actuase de oficio contra el portero. No es, sin embargo, un hecho aislado. Un informe de la fundación Feu Vert en marcha recuerda sin embargo que ponerse al volante en esas condiciones está expresamente prohibido por la ley, que sanciona estas conductas con multas de 150 a 300 euros y pérdida de 3 a 6 puntos del carné.
El estudio de Feu Vert señala que el Reglamento General de Circulación establece que «los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos» (artículo 17) y que deben «mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía» (artículo 18).
En la misma línea, el artículo 1.2 sobre permisos y licencias de conducción especifica en su anexo IV que «no debe exisitir ninguna limitación que impida la posición normal o el manejo eficaz de los mandos del vehículo, o que requiera para ello de posiciones atípicas o fatigosas». En otras palabras: el conductor no debe presentar ninguna incapacidad funcional que comprometa la seguridad al conducir, salvo sise acompaña de certificado médico favorable. (Seguir leyendo)
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