Envían a un examinador de Tráfico una carta en la que le recriminan un suspenso de 1990
El funcionario no sale de su asombro. Y no es para menos. En la carta dirigida a su nombre, una persona a la que examinó del carné de conducir en 1990 le reprocha que le hubiera suspendido. «Se cumplen 23 años desde el infausto día en que usted más que suspenderme, me insultó amparándose en la discrecionalidad enjuiciadora que le concede su condición profesional». Así comienza la misiva de más de dos folios que ha recibido el examinador de la Jefatura Provincial de Tráfico en la que el remitente cateado le recrimina por lo que, a su juicio, fue un «inmotivado suspenso».
Veintitrés años después del examen, el hombre le ha dirigido la carta en la que, sin llegar a proferir amenazas, expone con contundencia su desacuerdo con la evaluación del examinador. En la misma le recuerda que presentó un recurso contra su decisión de catearle, pero que no prosperó «porque usted fue una de las personas consultadas durante el proceso y no iba usted a tirar piedras sobre su propio tejado».
El remitente relata que siete años después de aquel suspenso, en el que le dolió particularmente que el examinador le dijera que «tenía que mejorar mucho si quería conseguir mi permiso de conducir», obtuvo el carné en Madrid. (Seguir leyendo)
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