Quizás ahora, tras ver lo que está pasando en la Agencia Tributaria, entendamos que para que cosas como estas no ocurran es necesario que exista la figura del funcionario de oposición imparcial, que aplica la legislación vigente y no la distorsiona a favor de nadie.
No puede ser que pongan y destituyan a los trabajadores según su disposición a hacer lo que el político quiera, ni que, para ello, se coloque a personal que debe estar al servicio del ciudadano mediante fórmulas interesadas.
La oposición es el único sistema que garantiza la independencia de la Administración frente a intereses particulares, partidistas y alejados del ciudadano y del servicio público. Así, cuando usted señala la mala disposición de un trabajador en la Administración, lo más probable es que esté señalando al hijo o amigo del jefe político.
Funcionarios de oposición, dentro de la masa de empleados públicos, ya quedamos muy pocos.
Son muchos años destruyendo la figura del funcionario para poder usar el dedo a discreción, ideando fórmulas para meter a los suyos y para impedir que accedan ciudadanos libres e independientes sin intereses creados; para campar legalmente a sus anchas y usar lo público en beneficio propio; para confundir a la ciudadanía y que no distinga a los enchufados y a los políticos (con toda la carga que la palabra “político” conlleva en la actualidad) de los funcionarios de oposición.
En el mismísimo momento en el que el último funcionario de oposición desaparezca, nos habremos convertido definitivamente en un país bananero; y el dinero de todos (aún más) servirá para alimentar a castas de parásitos sociales y ya no habrá barreras para impedirlo.
Ya no habrá funcionarios de oposición que puedan dar fe de la mala fe.
www.elpais.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para hacer comentarios en el blog de Asextra, debes estar registrado.