El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció ayer unas sanciones más severas para quienes conduzcan bajo los efectos del alcohol, como la retirada del carné un mínimo de tres años a quienes den positivo en un control, y planteó la obligación de equipar los vehículos con alcoholímetros.
La elevada siniestralidad en las carretas centró hoy el primer consejo de ministros celebrado tras el año nuevo en Polonia, donde la semana pasada un conductor ebrio atropelló mortalmente a seis personas.
En rueda de prensa, el liberal Donald Tusk enumeró las principales medidas que su Gobierno presentará en el Parlamento para reducir el consumo de alcohol al volante.
El Ejecutivo polaco pretende suspender el carné durante al menos tres años a los conductores que den positivo por primera vez (el límite está fijado en 0,2 miligramos de alcohol por litro espirado), y que el periodo se eleve a entre cinco y quince años si son reincidentes.
En caso de accidente mortal el causante perderá definitivamente el permiso, todo ello sin contar con multas mucho más elevadas que las que contempla actualmente la legislación polaca.
El consumo de alcohol al volante se hace especialmente patente durante los fines de semana y los festivos.(Seguir leyendo)
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