«Con la tecnología eliminas el error humano en la carretera. Y eso no es ciencia ficción. Es el objetivo. El futuro». Lo tiene claro Ramiro Martínez Rodríguez (A Coruña, 1957) director del Centro de gestión de Tráfico del Noroeste, con sede en A Coruña. Él es quien mejor conoce el funcionamiento de este centro de avanzada tecnología al servicio de los conductores gallegos. Hizo el proyecto en 1999 y dirigió la obra de unas instalaciones que se inauguraron en el 2002 siendo jefe provincial de Tráfico Gonzalo Ocampo, y desde las que analiza los comportamientos de los conductores gallegos. Pero el Centro de Gestión del Noroeste está en la vanguardia de la investigación que se encamina a la introducción de la tecnología y la intercomunicación en la conducción.
-¿Qué aportaría eliminar el error humano en la carretera?
-A 120 o 130 kilómetros por hora tienes un error humano y puedes sufrir un accidente; y a 40 o a 60, el mismo error humano cometido en una retención -en esos abanicos de frena y acelera- produce la mayoría de los golpes por alcance. Son golpes tontos y no graves, pero generan una parada, que se tomen datos, un atestado policial... Y eso provoca un atasco desde ese punto hacia atrás. Si evito esos puntos de conflicto, debidos a distracciones por poner la radio o por encender un cigarrillo, anulas totalmente el error humano. Técnicamente no es ciencia ficción. No es irreal.
-Dirige usted un centro con tecnología puntera. ¿Qué ha cambiado desde su inauguración en el año 2002?
-Desde aquí controlamos la red viaria de alta capacidad de Galicia, las autovías y la autopista AP-9. Hemos mejorado los sistemas de comunicación con todos los dispositivos que tenemos instalados en la carretera, pero conceptualmente seguimos como en el 2002, midiendo el paso de los vehículos mediante unas espiras en el pavimento con campos electromagnéticos que detectan el paso de un coche. La forma de contar esos vehículos terminará siendo un lector, pero los coches no están preparados todavía para eso.
-Esta es una gran torre de control de la carretera, al estilo de las de los aviones.
-Sí y no. Al avión lo dirigen en todo momento. Le mandan esperar, le ordenan que vaya por una pista determinada... Nosotros controlamos y supervisamos a los vehículos, pero cada uno de ellos es un ente aislado, y cada conductor es responsable de su vehículo y es quien toma las decisiones en tiempo real. No vale que yo le diga que coja una determinada carretera si el conductor no quiere. Yo le recomiendo, y le puedo decir que en la AC-11 hay un atasco y que entre en A Coruña por As Xubias, pero no le puedo obligar a que lo haga. El conductor tiene la última decisión.
-Pantallas, radares, sensores. Máximo control. ¿En qué beneficia al conductor?
-Primero, estamos garantizando una mayor tranquilidad en la conducción, porque toda nuestra tecnología está dirigida a aumentar la seguridad vial y la comodidad del conductor. Tratamos de evitarle el mayor número de riesgos. Le damos las opciones y le decimos que por un lado va a tardar 30 minutos, y 10 por otro alternativo. Pero el conductor es el único responsable de lo que hace con la máquina que lleva entre manos. Él sabe si está en buenas condiciones físicas, si ha dormido bien, si ha bebido alcohol... Nosotros le damos toda la información para evitarle sorpresas en la carretera.
-¿Cómo se le transmite esa información?
-Ahora se lo decimos por medio de los paneles de mensaje que tenemos distribuidos en las autovías y autopistas. Y procuramos comunicárselo con la suficiente antelación para que el conductor pueda tomar sus decisiones. Que en un rango de 30 o 40 kilómetros tenga ya un preaviso de un accidente, de una incidencia o de un transporte especial que circula muy despacio. Ese aviso se le recuerda a medida que se va a acercando al lugar de la incidencia.
-En el Centro de Gestión del Tráfico también se realizan análisis de la accidentalidad, de la velocidad, en definitiva, del comportamiento de los conductores. ¿Cómo ha variado el tráfico en Galicia en los últimos años?
-Afortunadamente, la accidentalidad, que es lo que más nos importa, ha registrado una reducción significativa en el conjunto de las carreteras gallegas. Como lo ocurrido en el año 2013, que terminó con menos de cien muertos en accidente, cuando hace muy poco tiempo esa cifra ya se superaba en Semana Santa. Antes en Galicia lo normal era tener meses de agosto con 40 muertos, y ahora cuando pasamos de diez en un mes nos llevamos las manos a la cabeza. Y no hace tanto tiempo de eso. Hablamos de diez o doce años nada más. Ha habido una evolución muy positiva.
-Aunque parece que ha habido un ligero repunte en las últimas semanas.
-Puede ser, pero yo no me creo las estadísticas que solo bajan. Dicen algunos que ese repunte se debe a la crisis y a la falta de conservación de las carreteras. Pero hay que tener en cuenta que el conductor tiene que adaptarse a las condiciones de la carretera. Y además hay que tener en cuenta otra cosa, que toda estadística tiene sus repuntes.
-¿Lo de las carreteras lo ve entonces como una excusa?
-Los accidentes se producen por un fallo humano en el 90 % de los casos, y no queremos asumirlo. Siempre buscamos una excusa. Aquí decimos que la DGT pone normas para sancionar. Pero eso no es así. Tenemos que ser honestos. Las normas, los controles de alcoholemia o de drogas no se hacen para recaudar. Lo hemos visto con el accidente de Extremadura en el que murieron cinco niños. Con esas cinco vidas la sociedad ha perdido mucho más que toda la sanción que le pueda caer al conductor de la excavadora por dar positivo en drogas. Eso es irreemplazable. (Entrevista)
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