Todo por esquivar un control de alcoholemia. La “desenfrenada y alocada” que protagonizó en marzo de 2010 un joven de madrugada, desde Bergondo hasta O Burgo, pudo costarle más de cinco años de reclusión si bien la sanción por aquellos hechos será finalmente más reducida, de año y medio de cárcel y otro tanto de retirada del permiso.
La sanción se refiere a la persecución en la que, según se considera probado, implicó a los agentes de la Guardia Civil que aquella noche realizaban un control en la carretera por donde transitaba el acusado. Según se relata, el conductor detuvo su coche a la señal del agente pero, cuando este le hacía señales lumínicas para que se apartara al arcén, apagó sus luces y arrancó de forma brusca para zafarse del cerco policial.
A pesar de que el guardia intentó esquivarlo, fue alcanzado en una mano por el coche, que a continuación emprendió la huida a toda velocidad en dirección a A Coruña.
Consta en el dictamen que los agentes que lo persiguieron intentaron en varias ocasiones adelantarlo para darle el alto, pero que tuvieron que desistir ante del infractor maniobras evasivas, que lo llevaron a girar de carril a carril y elevar la velocidad hasta los 140 kilómetros por hora. También, señala que en su carrera se saltó semáforos y cedas y puso en riesgo tanto a conductores como a peatones. (Información)
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