Tras destinar a principios de año más un millón de euros en la compra de nuevos radares fijos, la Dirección General de Tráfico duplica ahora la inversión, esta vez destinados a la compra de 30 radáres de tipo láser. En menos de un año podrían amortizar el desembolso.
La Plataforma de Contratación del Estado ha publicado hoy el proceso de licitación para la compra por parte de la Dirección General de Tráfico de 30 nuevos cinemómetros láser para controlar la velocidad. Casi dos millones de euros que se suman al millón de euros que empleó a principios de este año en ampliar su flota de radares fijos, aunque ahora destina el presupuesto a radares móviles mucho más eficaces al estar situados en tramos variables y sin necesidad de señalización. No será antes de dos meses cuando entren en funcionamiento estos nuevos radares, cuyo precio está situado en más de 60.000 euros cada uno.
Eso sí, no será dinero malgastado, y amortizar la inversión podría necesitar apenas un año. Dos multas al día por la menor de las cuantías, 100 euros, en este tipo de infracciones por exceso de velocidad, supondría que en menos de doce meses recuperar más de lo invertido en la compra de cada radar.
A diferencia de los radares convencionales, en lugar de usar ondas de radio utiliza un haz de luz laser infrarrojo, y pueden ser utilizados de dos maneras distintas. Una de ellas es directamente sobre la mano de agente apuntando hacia el vehículo que circula por la carretera, emitiendo una ráfaga de pulsos de luz infraroja hacia el propio vehículo. Los pulsos de luz se reflejan en él y vuelven a la pistola, calculando el tiempo que tardan esos sucesivos rebote en regresar. A medida que el vehículo se acerca a la pistola, la distancia se va reduciendo y calculando la diferencia de la distancia de los sucesivo rebotes determina la velocidad a la que se aproxima el vehículo.
El otro tipo de radar láser, más habitual, es el que se instala al borde de la carretera, perpendicular a la misma, emitiendo dos haz de luz laser separados por unos centímetros. Cuando un vehículo cruza el primer haz, calcula el tiempo que tarda en cruzar el segundo detectando así la velocidad a la que circula. El sistema incorpora una camara digital que fotografía al vehículo por detrás y puede funcionar tanto de día como de noche, en trípodes, instalados sobre vehículos estacionados o en cabinas en el arcén. Eso sí, no sirven pa ser utilizados sobre coches en movimiento. (Información)
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