Ocurrió la noche del jueves a la altura del número 24 de la calle Ronda de los Humedales de Griñón. Un grupo de chavales en torno a los 20 años, vecinos de la localidad, decidieron volver a poner en práctica un peligroso juego que, al parecer, está de moda entre los jóvenes. Quedan en una calle con escasa circulación a las afueras del municipio, colocan dos coches enfrentados a unos metros de distancia uno de otro, dos chicas se suben de pie al capó de sendos vehículos y los dos conductores avanzan lentamente para ver qué chica aguanta más tiempo el equilibrio subida encima. La que primero tenga que sujetarse, pierde. Aunque no suelen alcanzar altas velocidades, el peligro, a todas luces, es evidente.
Esa tarde, Marta Ajenjo era una de las participantes; una de las «valientes» que decidió retar junto con sus amigos a otra pareja. Tenía 21 años, trabajaba en Pelutuku, una tienda de pienso para animales, estudió en La Salle y tenía toda la vida por delante. Pero aquella tarde fue la última que jugó a aquel maldito desafío de coches. En su perfil de Instagram, como si de un macabro presagio se tratase, la joven había escrito como frase de presentación: «Sin locura no existe la felicidad». Aunque sus conocidos no la tachan de chica alocada, aquellas ganas de adrenalina le costaron la vida.
En un momento dado de la carrera algo salió mal, Marta perdió el equilibrio y cayó al suelo de espaldas desde el capó del vehículo, según explicaron testigos presenciales a este diario. El golpe fue fatal.
Sus amigos y compañeros de «aventura», alarmados por lo que había sucedido, llamaron enseguida al teléfono de emergencias del 112. La llamada a la centralita entró a las 22:12 horas como un atropello, ya que, quizás asustados por lo que había pasado, los chicos decidieron no explicar las circunstancias exactas del suceso. Los sanitarios del Summa se trasladaron inmediatamente al lugar y encontraron a Marta tendida en el suelo, ya inconsciente. Presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y la primera valoración ya apuntaba a un pronóstico complicado. Se le practicaron maniobras de soporte vital avanzado, según explicó la médico de la UVI 23, Pepa Cepas, aquella noche. Fue trasladada al Hospital 12 de Octubre, donde ingresó con pronóstico grave. Marta se debatió entre la vida y la muerte casi 48 horas. Falleció la tarde del sábado, según ha podido saber este diario. Ayer, su muro de la red social Facebook se llenó de condolencias de sus allegados. «Por muy lejos que estés siempre estarás dentro de nosotros!!!!! Te queremos!!!!», decía un amigo. «D.E.P. Marta wapisima!!!!!!!! Nada de esto te lo merecías pero la vida es así de dura e injusta muchas veces...», añadía otro. Según su perfil en la red social, era fanática del Real Madrid y de Cristiano Ronaldo. También era muy aficionada al fitness y muchos de sus amigos participaban en exhibiciones de culturismo. (Información completa)
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