La educación vial obligatoria se estableció por ley en Holanda en 1959. Cada año, en el mes de abril, todos los niños que concluyen Primaria tienen que someterse a un examen teórico de seguridad vial, además de a una prueba práctica en tráfico real: el Verkeersexamen. A los holandeses les preocupa que cada año son más los pequeños que suspenden –el 9%, en 2014–. En Holanda, el 75% de los estudiantes va en bicicleta a la escuela.
Años 30 del siglo XX: con el auge de la motorización, el número de siniestros viales comienza a dispararse y las autoridades holandesas, preocupadas, crean la Verbond voor Veilig Werkeer, primera asociación nacional para la seguridad vial. Simultáneamente, con ella nace la educación vial en la escuela. Esta organización toma las riendas y desde 1932 se empieza a enseñar a los niños seguridad vial en los colegios. Para poner a prueba conocimientos, se decide hacer un examen teórico al final del ciclo de Primaria, antes de que los peques pasen al instituto, y la Policía asume la responsabilidad de la prueba práctica en bicicleta, en tráfico real: el Verkeersexamen.
A lo largo de dos décadas, el apoyo de padres, profesores y municipios, en general, fue determinante para que la educación vial se estableciese por ley en 1959, pasando a depender del Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia. Desde entonces, la seguridad vial es una asignatura independiente a lo largo de toda la educación primaria, entre los 4 y los 12 años, dividida en dos áreas: la teórica y la práctica. Al final de este ciclo educativo, se celebran los exámenes.
Pero incluso en Holanda, el auge del automóvil, el creciente aumento del parque de automóviles y el desarrollo constante de infraestructuras viarias para el tráfico motorizado, a puntito estuvo de “comerse” a la bicicleta y, con ella, a la educación vial en la escuela a finales de los 70.
En 1976, el Ministerio de Educación plantea por primera vez suprimir la educación vial del currículo académico. El debate se mantiene en la sociedad holandesa durante décadas, habiendo un momento en que toda la comunidad educativa se une en contra de la seguridad vial por considerarla una sobrecarga. Pero es la Veilig Verkeer Nederland (VVN), la DGT holandesa, la que continúa haciendo presión a favor de la educación vial y la que, gracias a sus impactantes campañas divulgativas, consigue que niños, padres y profesores comprendan su elevada responsabilidad en el ámbito de la seguridad vial. Y es en este contexto político y educativo de nuevo ímpetu por la educación vial cuando, en 2012, el Verkeersexamen celebra su 80 aniversario.
Desciende progresivamente el número de niños que pasan el examen
La actual preocupación en Holanda en estos momentos es que, año tras año, son más los niños que suspenden el examen de tráfico. En 2013, un 4% no superó la prueba práctica del Verkeersexamen, porcentaje que alcanzó el 9%, en 2014, unos 12.000 niños. Mientras algunos políticos piensan que estas cifras no son alarmantes, argumentando que quedan por debajo del 25% del número de estudiantes que posteriormente no acude a la escuela secundaria en bicicleta –el 75% va al instituto en bici–, la VVN está muy alarmada al considerar que estos datos son consecuencia de que cada vez más niños van al colegio en coche, alrededor del 14%. Fruto de esto se han desarrollado campañas publicitarias para no usar el vehículo privado en desplazamientos escolares: los niños no pueden aprender a experimentar el tráfico desde el asiento de atrás del coche, viene a decir uno de los anuncios; en otro, el niño rueda con su bici delante de su padre y dice algo así como, solo de esta forma se puede aprender.
Finalmente, y con el mismo objetivo de reducir el número de fracasos, la VVN pone todos los años a disposición de niños y papás multitud de aplicaciones interactivas y material didáctico en su web www.vvn.nl (Información completa)
La actual preocupación en Holanda en estos momentos es que, año tras año, son más los niños que suspenden el examen de tráfico. En 2013, un 4% no superó la prueba práctica del Verkeersexamen, porcentaje que alcanzó el 9%, en 2014, unos 12.000 niños. Mientras algunos políticos piensan que estas cifras no son alarmantes, argumentando que quedan por debajo del 25% del número de estudiantes que posteriormente no acude a la escuela secundaria en bicicleta –el 75% va al instituto en bici–, la VVN está muy alarmada al considerar que estos datos son consecuencia de que cada vez más niños van al colegio en coche, alrededor del 14%. Fruto de esto se han desarrollado campañas publicitarias para no usar el vehículo privado en desplazamientos escolares: los niños no pueden aprender a experimentar el tráfico desde el asiento de atrás del coche, viene a decir uno de los anuncios; en otro, el niño rueda con su bici delante de su padre y dice algo así como, solo de esta forma se puede aprender.
Finalmente, y con el mismo objetivo de reducir el número de fracasos, la VVN pone todos los años a disposición de niños y papás multitud de aplicaciones interactivas y material didáctico en su web www.vvn.nl (Información completa)
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