Piden que los resultados de las pruebas puedan comunicarse posteriormente y en un entorno seguro para evitar conflictos
Hace poco un alumno descontento con el resultado de su examen de tráfico intentó estrangular a su examinador en Granada, pero a veces, no hace falta que medie una agresión física, sino sólo la verbal para que los examinadores de tráfico tengan miedo de comunicar el resultado de las pruebas a los aspirantes.
Y los insultos, desgraciadamente, están a la orden del día. El problema está en que, se encuentren donde se encuentren: en una pista de pruebas, en una zona de prácticas, solos o acompañados; están obligados a comunicar verbalmente el resultado del examen, y eso genera bastantes conflictos, y sobre todo miedo entre los trabajadores.
Por eso piden que los resultados puedan comunicarse posteriormentey en un entorno seguro.
Pero este es sólo uno de los motivos por los que los examinadores de tráfico están en huelga. Desde el 14 de septiembre realizan paros parciales coincidiendo con el cambio de turno para reclamar además menos carga de trabajo diaria, es decir: menos alumnos por examinar al día, y que se evite la privatización del servicio.
Pablo Jiménez , el portavoz de Asextra, la Asociación de Examinadores de Tráfico, pone como ejemplo las recientes agresiones de dos compañeros suyos en Granada y en Las Palmas de Gran Canaria.
“No nos negamos a darle al alumno explicaciones sobre cómo se ha desarrollado la prueba, pero no queremos comunicar el resultado”.
Los examinadores reconocen que pronunciar la palabra apto o no apto,ya les provoca tensión previa, dado que en los últimos años, muchas de esas comunicaciones terminan con “Insultos, portazos e incluso agresiones”, unas agresiones que en opinión del colectivo se pueden evitar si se hace una comunicación posterior. (Información)
www.cadenaser.com
Me gustaría hacer un comentario sobre las agresiones y el tipo de examen que se
ResponderEliminarnos ha implantado hace un par de años, que si bien persigue una calidad del mismo,no resulta satisfactorio en algunos apartados ,tal como es la obligación que se nos impone de que como norma general hemos de llevar la prueba a su término, agotando los 25 o 45 minutos de circulación real salvo en unos casos (pocos) en los que se puede interrumpir. Quiere esto decir que aunque el alumno haya cometido por ejemplo una falta eliminatoria o dos faltas deficientes en el minuto 10, por ejemplo, y por lo tanto según sus indicaciones estaría no apto desde ese momento, resulta que el examinador ha de continuar con ese aspirante 15 minutos más hasta agotar los 25 , creando falsas expectativas a una persona nerviosa y que no resulta para na
da efectivo, cuando llega la hora de las explicaciones se produce la crispación, la frustración y a veces la perdida de las formas porque no lo comprende y la pregunta consabida ¿por qué me tuvo tanto tiempo si ya estaba suspendido? .....
Y yo y mis compañeros examinadores no encontramos palabras...,¿Qué les decimos?. Que son las personas que se sientan en un despacho las que alejadas de la realidad del día a día se les ocurre esto.
No nos llevamos más. .. porque Dios es grande