Los examinadores de tráfico han convocado una huelga general para este miércoles, cansados de ser las dianas de amenazas, insultos y ataques de los alumnos descontentos por haber suspendido
LO siento, pero ha suspendido el examen”. Es la frase que todos los días repiten los examinadores del carné de conducir a muchos alumnos que no pasan la prueba práctica, el último escollo para hacerse con la licencia. En un mundo civilizado incluso sobraría la disculpa, porque los examinadores del carné de conducir no son quienes suspenden a nadie, solo se limitan a seguir los criterios de calificación que están establecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT). Pero aún así, esa frase suele ser el detonante de reproches, de insultos, de amenazas e incluso de agresiones. En Llodio, por ejemplo, a una examinadora, tras una prueba en la que suspendió una mujer, la agredió el marido de la alumna, teniendo incluso que intervenir la Ertzaintza. Por este, y por otros motivos más, los examinadores de todo el Estado harán este miércoles una huelga general de 24 horas, dando un paso más en la dinámica de paros parciales que venían protagonizando desde el 14 de septiembre.
El pasado jueves la DGT se reunió con el comité de huelga de los funcionarios para hacerles llegar su intención de ceder al menos en su petición de que la comunicación del resultado de la prueba práctica no sea inmediatamente posterior a la misma. Les propuso que el examinador explique al alumno fuera del coche y en un lugar seguro los errores que ha cometido en la prueba, dejando a criterio del funcionario si le da el resultado o si deja que se entere más tarde por otros cauces como la página web de la DGT. Esta medida, aunque es un paso, no deja satisfechos a los funcionarios.
Joserra González es un examinador vasco que desarrolla su labor en Araba desde el pasado mes de enero. “No hace falta dar el resultado en un lugar seguro como una comisaría. Con los medios que hay hoy en día se puede hacer a través de SMS o en Internet”, explica. “En países como Francia u Holanda el resultado no lo dan en el acto. En Holanda a última hora de la jornada tienes que ir a Tráfico o lo ves por Internet. Incluso en España el examen teórico lo hace un ordenador, pero no da el resultado al momento porque no quieren que la gente rompa el ordenador si se enfada. Se preocupan de que no les rompan los ordenadores y no les importa que les rompan la cara a los examinadores”.
Joserra, como cualquiera de sus compañeros, no puede esconder la rabia que siente al tener que enfrentarse en su trabajo a escenas incómodas: “La DGT dice que solo son 70 casos de agresiones, pero es que no tenía que ser ninguno. No podemos admitir un mínimo de examinadores agredidos. La inmensa mayoría es gente muy maja que acepta que ha cometido fallos, pero siempre hay alguno que va más allá. Los insultos, los portazos y las amenazas se dan prácticamente todos los días”.
Para entender el resto de motivos por los que se convoca esta huelga es necesario retroceder en el tiempo. En 2006, en tiempos de bonanza económica, se modificó al alza la relación de puestos de trabajo de la función pública, pero a cuarenta categorías -entre las que están los examinadores-, se las dejó fuera. Durante la crisis vieron cómo su sueldo se reducía un 5% y la plantilla de la DGT pasó de 5.000 a 3.800 empleados. Esto ha conllevado un aumento de la carga de trabajo, puesto que no se ha renovado la plantilla. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) decidió mover ficha junto a otros sindicatos y empezó a barajar la posibilidad de una huelga antes del pasado verano. La DGT, con María Seguí a la cabeza, ha mirado a otro lado durante meses, por lo que se decidió convocar paros parciales desde el 14 de septiembre. La medida ha tenido sus consecuencias. La más grave, obviamente, ha sido el retraso de más de 40.000 pruebas en todo el Estado, llegando a ser sangrante en las provincias en las que los examinadores escasean y acumulan listas de espera por no poder satisfacer toda la demanda que llegan desde las autoescuelas. Aun habiendo tenido un seguimiento irregular a lo largo de toda la geografía estatal, en Euskadi la gran mayoría de los examinadores ha secundado las protestas y todo parece indicar que tanto en la CAV como en Nafarroa los examinadores harán huelga el miércoles.
BALONES FUERA En la reunión del jueves la DGT se limpió las manos en cuanto a la situación salarial de los examinadores y remitió el asunto a la Comisión Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones (CECIR). Algo parecido hizo en cuanto a la petición de que se creen más puestos de examinadores. Joserra González recuerda que en Nafarroa hace tiempo que son insuficientes los compañeros que están en activo, mientras que en la CAV tampoco están sobrados: “En Bizkaia se está al límite, pero se van a jubilar varios dentro de poco y la demanda va a ser muy superior a lo que se va a poder atender”. Es ahí donde entra en juego otra de las demandas de los convocantes de la huelga. “La directiva europea marca unos estándares de calidad para el examen y una duración de 25 minutos. Hacemos trece pruebas al día por examinador y el secretario de la DGT dice que sobra mucho tiempo de nuestra jornada laboral. Pero no son 25 minutos. Cualquiera que esté en este mundo, como los profesores de autoescuela, sabe que eso no es así porque se tarda más tiempo en la recepción del alumno, en tranquilizarlo, en las comprobaciones previas y al acabar hay que darle las explicaciones de todo el recorrido, de los fallos que ha hecho en los 25 minutos y dónde los ha hecho”. Por eso solicitan que se reduzca de trece exámenes diarios a doce: “Simplemente con que se redujese una prueba ya saldríamos adelante. El problema es que la DGT no tiene suficientes examinadores para cumplir con la demanda que nos plantean las autoescuelas haciendo doce pruebas al día”.
En el pulso entre examinadores y DGT sobrevuela la sombra de la privatización de este servicio. “Nosotros defendemos el carácter público de los examinadores para que no estemos influenciados por las autoescuelas ni por nadie privado”, aclara Joserra González, “somos imparciales. Reivindicamos que sigamos siendo así, un asunto público y no de una empresa privada que busque unos beneficios. Si fuese privado, subirían las tasas”. En la reunión del pasado jueves la DGT insistió en que no contempla un escenario de privatización, pero al ser una opción que se ha llegado a instaurar en otros países, es algo que inquieta a los examinadores. “Nosotros no buscamos un beneficio económico, sino estar bien preparados y poder calificar dando un servicio público de calidad. Lo que no queremos es ser sacos de boxeo y que la gente se cebe con nosotros”, sentencia el examinador vasco.
NEGOCIACIÓN Después de meses de silencio la DGT se ha visto obligada a sentarse en una mesa con los funcionarios. El escenario ha llegado a ser insostenible para muchas autoescuelas. Ellas han sido las grandes damnificadas del conflicto. El sector se ha mostrado muy débil durante la crisis. El costo de todo el proceso necesario para adquirir las licencias ha sido un obstáculo insalvable para muchos clientes y encontrarse después con largos periodos de espera para poder examinarse por no haber suficientes examinadores, más aún con los paros de las protestas, ha dejado a las escuelas de circulación en una situación muy delicada.
Para intentar poner fin a esta situación la DGT expuso el jueves sus propuestas. Ha aceptado la reivindicación del comité de huelga sobre la comunicación del resultado sin necesidad de especificar si es apto o no el alumno como medida de protección de la integridad física del personal. Pero insiste en que el examinador facilite siempre una explicación clara sobre el resultado de la prueba en presencia del profesor, al que entregará el impreso correspondiente y que deberá dar al alumno una explicación de cómo ha realizado la prueba y las faltas cometidas, dejando a la decisión de cada examinador la comunicación completa del resultado final. Esta solución ha dejado un tanto fríos a los examinadores, puesto que con sus explicaciones, aunque no digan explícitamente al alumno que ha suspendido, se sobreentenderá y seguirá dando pie a que el alumno la pague con quien le da las explicaciones.
También ha propuesto que estas explicaciones sobre el resultado se entreguen fuera del vehículo al término del examen, como máximo cada dos personas. Igualmente, que la comunicación y la explicación se realice en un entorno seguro como el centro de examen y los puntos de citación preestablecidos aunque si el examinador percibe como seguro cualquier otro pueda utilizarlo bajo su responsabilidad.
La DGT se compromete a que grupos de trabajo en cada provincia revisen los lugares seguros y ha informado de que está trabajando en la publicación de los resultados en su página web para las consultas de los interesados con sus documentos nacionales de identidad y fechas de nacimiento en los próximos meses.
Los examinadores, en el análisis de lo expuesto por la DGT, ven promesas ambiguas más que verdaderas soluciones a sus demandas, por lo que dicen mantener su huelga. El miércoles se trasladarán a Madrid para manifestarse ante la sede de la DGT y exigir que de una vez por todas alguien coja el control del volante con cordura. Ellos tienen claro que no son aptos para las agresiones. (Información)
Fuente: DEIA
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