La normativa que obliga a comunicar en el coche al alumno los motivos del suspenso ha disparado los ataques. Las denuncias por lesiones se han duplicado en el último año
La escena es cada vez más habitual desde hace un par de años. Al terminar la prueba práctica del carné de conducir y aún dentro del coche, el examinador comunica al alumno que ha suspendido y le explica los fallos que ha cometido. El aspirante a conductor monta en cólera y agrede físicamente a quien le ha impedido conseguir el permiso de circulación.
Examinadores consultados por El Confidencial Digital marcan una fecha de inicio de esta tendencia creciente: principios de 2013. Fue entonces cuando la Dirección General de Tráfico (DGT) cambió el sistema de comunicación de la nota.
Anteriormente, al terminar el examen o los exámenes prácticos de un grupo de alumnos, éstos salían del coche y el examinador se quedaba con el profesor de autoescuela, al que notificaba quiénes habían aprobado y quiénes no habían conseguido ser “aptos”.
También le daba detalles de los errores que habían motivado el suspenso. Después era el profesor el que se lo comunicaba a los alumnos y les explicaba porqué, si era el caso, habían suspendido.
Desde 2013, sin embargo, es el propio examinador quien comunica el resultado a los alumnos dentro del coche, nada más acabar la prueba. El objetivo de este cambio era formativo: que al que hubiera suspendido le quedara claro qué fallos había cometido, para poder corregirlos y evitarlos cuando volviera a examinarse.
Se disparan las agresiones a partir de 2013
Este nuevo sistema es el que, según denuncian sindicatos de examinadores de Tráfico como UGT, ha motivado que se produzcan agresiones verbales diarias, y físicas también frecuentes, de alumnos que se ponen violentos al enterarse de que no han aprobado.
“Las agresiones se han disparado desde 2013 por esta obligación de decir la nota en el coche a los alumnos”, asegura un examinador con años de experiencia, que añade que antes estos hechos eran mucho más aislados: si acaso, cuando se enteraban que habían suspendido, luego buscaban su coche para rayárselo como venganza.
Las fuentes consultadas denuncian que se han multiplicado tanto las agresiones físicas como las verbales. Los insultos y amenazas de alumnos contra examinadores son “diarios” en toda España, aunque muchos de los afectados ya ni denuncian internamente estos casos. Por ejemplo, UGT registró en la primera mitad de 2013 una quincena de agresiones verbales contra examinadores tan solo en la Comunidad de Madrid.
Los casos más graves, en los que hay violencia física, son los que más preocupan a los examinadores. Según datos de la Dirección General de Tráfico, en el año 2014 se denunciaron ocho agresiones de este tipo; en lo que va de 2015, entre enero y agosto, la cifra se ha disparado a los 15 casos.
Sin embargo, examinadores consultados por ECD aseguran que la DGT sólo registra los casos en que hay parte de lesiones. Ellos aseguran que en los últimos años se han producido muchas otras agresiones físicas de alumnos indignados por haber suspendido.
Entre las causas de esa agresividad los propios afectados señalan el dinero que cuesta el carné: muchas personas que no suelen ser violentas reaccionan agrediendo al examinador al ver que van a tener que seguir pagando clases prácticas y las tasas de un nuevo examen.
Zonas de examen solitarias, las más peligrosas
Los episodios de violencia van desde el alumno que le da un puñetazo al examinador que le acaba de declarar “no apto” para obtener el carné de conducir a casos más graves. Por ejemplo, en Barcelona hubo un caso en el que el novio y el hermano de una alumna suspendida, que la estaban esperando cerca, entraron en el caso de autoescuela y propinaron una paliza al examinador.
En Granada se produjo otra agresión impactante que recuerda los examinadores: un suspendido se apeó del coche, cogió un ladrillo del suelo y agredió con él al ingeniero. No se trata de casos aislados, aseguran las fuentes consultadas. Hay un goteo constante con cada vez más agresiones, muchas de las cuales no se registran porque no pasan de ser un puñetazo u otro golpe que no provoca la baja de los examinadores.
Aunque este fenómeno creciente se está produciendo por toda España, el colectivo de ingenieros de Tráfico ha detectado que hay lugares más propicios, debido a que el examen se celebra en un lugar más aislado y solitario. “Por ejemplo, en Barcelona hay muchos más casos porque las pruebas prácticas tienen lugar por distintos polígonos industriales, más solitarios”, explica un examinador, “mientras que en Madrid se hacen en el centro de exámenes de Móstoles, y ahí se ve más gente y hay un edificio con un guardia de seguridad”.
La DGT destaca la función formativa de los cambios
La solución que proponen los examinadores para frenar estas situaciones de violencia es acabar con la obligación de comunicar en el momento y en el interior del coche al alumno si ha aprobado o suspendido. “Podría hacerse como con el examen teórico, que se da la nota por Internet al día siguiente, y que más adelante el profesor de autoescuela explique los motivos por los que ha suspendido”, aseguran desde la sección sindical de UGT en la Dirección General de Tráfico.
Fuentes de la DGT explican a El Confidencial Digital que, a pesar de las continuas peticiones en este sentido, no van a cambiar este modelo de examen. “Creemos que es parte de la formación del conductor el que el examinador le explique en qué ha fallado”, aseguran desde Tráfico, que añaden que las pruebas teóricas tienen que corregirse y por eso no se da el resultado en el momento.
Los examinadores, por contra, niegan la efectividad “pedagógica” de las explicaciones a las personas que suspenden. “Cuando les dices que han suspendido, ya puedes explicarles que se han saltado un semáforo, que no te escuchan ni les importa lo que les dices”, asegura uno de estos profesores.
La DGT sí que presta apoyo jurídico a los examinadores agredidos que deciden ir a los tribunales contra sus agresores. Desde hace tiempo, abogados del Estado defienden a las víctimas en estos casos en que hay violencia física.
Además, Tráfico organiza cursos de técnicas de resolución de conflictos, para que los examinadores tengan más capacidad para gestionar situaciones tensas y sepan dirigirse a los alumnos suspensos de forma que no se pongan violentos.
“Tenemos un especial cuidado en proteger a los examinadores”, aseguran desde la DGT, si bien afirman que tampoco los funcionarios que están en una mesa de atención al ciudadano están libres de recibir un puñetazo. De hecho, aportan un dato: en 2014 también hubo siete denuncias de agresiones a funcionarios de oficinas de Tráfico, y en lo que va de 2015 ya van nueve.
Mientras tanto, los sindicatos de examinadores aseguran que hay cada vez más casos de profesionales con depresión tras haber sido agredidos o amenazados en un examen, mientras que otros muchos van con miedo al suspender a los aspirantes a conseguir el carné de conducir. (Información)
www.elconfidencialdigital.com
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