La intensificación de los controles de alcoholemia con motivo de la proximidad de la fiestas navideñas ha puesto de manifiesto un incremento de los positivos al volante en Pontevedra, extremo que han confirmado fuentes judiciales y policiales. Uno de los casos más llamativos de los últimos días se produjo, sin embargo, antes de que comenzase la campaña auspiciada por la DGT.
Ocurrió el jueves de la semana pasada. La noche no había acabado de empezar cuando los componentes de una patrulla de la Policía Nacional observaron cómo un Renault Clio, de color blanco, se aproximaba hacia ellos circulando por la avenida de Marín en sentido contrario y con las luces apagadas.
Eran las diez y media de la noche y los agentes procedieron a darle el alto al turismo mediante el empleo de señales luminosas. Al parecer, la conductora, de 52 años, consiguió detenerse a escasa distancia del frontal del coche policial, instante en el que los funcionarios se percataron de que la rueda delantera izquierda presentaba un reventón. Sospechan que estos daños pudieron deberse a un impacto del neumático contra un bordillo, si bien la conductora no pudo aclarar entonces cómo se pudieron haber producido: «No me di cuenta», parece que atinó a decir a sus interlocutores.
Como suele ser habitual en estos casos, los policías procedieron a entrevistarse con la mujer, una circunstancia que ya les dejó entrever que podría encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas. Los ojos vidriosos, las pupilas dilatadas, la halitosis o la cara enrojecida eran claros síntomas de que podría haber bebido más de la cuenta.
Para confirmar tal extremo, la patrulla requirió la presencia de la unidad de atestados de la Policía Local. Agentes municipales sometieron a la pontevedresa a la prueba de alcoholemia, a la que esta se sometió voluntariamente. Dio positivo. Los 1,05 miligramos de alcohol por litro de aire espirado cuadriplican los 0,25 que la legislación establece como tope para ponerse al volante de un vehículo.
Las diligencias abiertas fueron remitidas al juzgado de guardia, toda vez que esta tasa de alcohol está considerada como delictiva. A la conductora se le imputa un delito contra la seguridad viaria, cargo que lleva aparejada una pena de tres a seis meses que puede ser sustituida por una multa o, llegado el caso, con la realización de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y la de privación del carné entre uno y cuatro años. (Información)
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