Conducir bajo los efectos de ciertos medicamentos puede suponer un aumento del riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Un médico que trabaja en Urgencias del Hospital de El Toyo, Francisco Llave, ha realizado un estudio que relaciona el consumo de antigripales y anticatarrales con la conducción. Un acto que se ve condicionado por la somnolencia o la disminución de reflejos, efectos secundarios de estos fármacos. Aconseja, por tanto, tener muy en cuenta qué medicamento se toma en estas fechas para paliar los síntomas de la gripe y qué actividad se va a realizar después.
Entre las estadísticas consultadas por este médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, una viene a confirmar que entre el 5 y el 10 por ciento de los accidentes de tráfico tienen relación directa con el hecho de que un conductor estuviera bajo los efectos de alguna medicación.
Este hecho resulta bien conocido para los fármacos psicotropos (particularmente, las benzodiacepinas) y los antihistamínicos, asegura Llave, que llama la atención también sobre algunas combinaciones de antigripales y anticatarrales.
Conocer todos los efectos Los conductores bajo tratamiento farmacológico deberían conocer si su tratamiento podría entrañar un aumento del riesgo de accidente, para evitarlo o tomar las precauciones convenientes, insiste este facultativo que recuerda cómo con la llegada de la gripe estacional (la tasa en Almería está ya en 36,6 casos por cada cien mil habitantes) conlleva un aumento del consumo de fármacos destinados a paliar síntomas como dolores de cabeza, rinitis, dolores musculares o tos.
La presencia de la gripe se observa también en la cantidad de anuncios publicitarios de este tipo de fármacos destinados a mitigar los síntomas de la gripe que pueden verse en la televisión, escucharse en la radio o incluso verse en otros formatos. En una secuencia publicitaria de televisión se contabilizan más de seis anuncios de un total de 21, por ejemplo.
Y, si bien los farmacéuticos y los laboratorios hacen especial hincapié en que los pacientes han de consultar con los sanitarios antes de tomar un medicamento por su cuenta, dichos fármacos no están exentos de efectos secundarios.
“Los medicamentos que afectan las funciones psicomotoras pueden contribuir de forma importante al error humano”, apunta Llave, que insiste en lo razonable que es considerar que los medicamentos que empeoran de forma significativa alguna capacidad fundamental para conducir vehículos, suponen un riesgo potencial para la seguridad vial.
Accidentalidad Existen datos de que en el 11 y hasta el 20 por ciento de los accidentes, los conductores implicados tomaban medicamentos psicotropos; y un informe realizado para la Directrices sobre Transporte de
la Comunidad Europea sugiere que al menos el 10% de las personas heridas o muertas en accidentes de tráfico utilizaban algún medicamento psicotropo, hecho que podría haber actuado como factor contribuyente.
Los medicamentos no son la principal causa de la accidentalidad por tráfico. Sin embargo, insiste este facultativo, “dado que una gran parte de la población está en tratamiento con fármacos, este aspecto no debe olvidarse”.
De los componentes de estos antigripales, los fármacos antihistamínicos de primera generación y los antitusígenos (codeina, dihidrocodeina) son los que más se relacionara con la disminución de la capacidad de conducir.
La propia sintomatología de estos procesos infecciosos (estornudos, lagrimeo, rinitis, dificultad para respirar) supone también una limitación y puede interferir en la conducción, junto con los citados efectos secundarios de los tratamientos más comunes, alerta Llave. (Información)
www.lavozdealmeria.es
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