La trama lo tenía todo perfectamente estudiado y las labores milimétricamente distribuidas. Una parte de la banda se dedicaba a robar vehículos, un taller de Castellón se dedicaba a duplicar las placas de matrícula de los turismos, un funcionario de la Jefatura Provincial de Tráfico supuestamente corrupto llevaba a cabo los chanchullos para que todos los papeles cuadraran y un concesionario de compraventa de vehículos de Alfafar era el escaparate de salida de los coches de la red delictiva. Pero el negocio se vino al traste con las simples sospechas de una ciudadana.
Una mujer residente en Navarra fue el detonante de la llamada 'operación Endrina', un dispositivo puesto en marcha por la Guardia Civil para desmantelar la citada trama. La afectada destapó los hechos en noviembre de 2014. Al intentar cambiar de nombre el vehículo de su marido, tras fallecer este, la mujer comprobó que el coche estaba a nombre de otra persona en Valencia.
Dos detenidos por estafar a 31 personas con el seguro
Su descubrimiento permitió el inicio de la investigación por parte de agentes de la Benemérita de Alfafar y del Grupo de Información de la Agrupación de Tráfico. Las indagaciones de la Guardia Civil fueron permitiendo desenmascarar las andanzas del grupo y cómo falsificaban los documentos de vehículos y doblaban sus placas de matrícula «para que la transferencia de los vehículos robados pareciese legal», según fuentes del instituto armado.
Los agentes acabaron deteniendo al funcionario de la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia como uno de los vértices de la forma de actuar de la organización. Según los investigadores, «llego a realizar más de 6.000 operaciones fraudulentas con actuaciones que no le correspondían a su cargo».
Claves de otros empleados
Además del funcionario, hay otro detenido y seis investigados judicialmente, todos ciudadanos españoles con edades entre los 36 y 52 años. Están acusados de estafa, hurto de vehículo a motor, receptación, falsificación documental, revelación de secretos, prevaricación y constitución de grupo criminal.
La maquinaria delictiva de la red comenzaba, lógicamente, con la sustracción de los turismos. El siguiente paso era 'doblar' las placas de matrícula en un taller de Castellón. Ese era el instante elegido por la banda para transportar el vehículo hasta un concesionario de coches de segunda mano de Alfafar. Era entonces cuando intervenía el funcionario de la Jefatura de Tráfico, según las informaciones recabadas por la Guardia Civil. Su labor era «tramitar la compraventa de vehículos haciendo caso omiso de los documentos necesarios, evitando en ocasiones el pago de impuestos y revelando información de vehículos y personas», algunas fallecidas, como descubrió la mujer de Navarra, según la Guardia Civil.
La Benemérita añade que el funcionario llegó a utilizar las claves de otros funcionarios para llevar a cabo supuestamente las miles de operaciones fraudulentas. Los agentes no descartan que se produzcan más detenciones a menudo que avance la investigación.
Antecedentes
No es la primera vez que un funcionario de Tráfico se ve salpicado por una acusación de este tipo. En 2005, una macrored desmantelada por la Guardia Civil destapaba una red que se dedicaba a filtrar las respuestas de los exámenes de conducir a aspirantes a cambio de hasta 3.000 euros. En aquella ocasión fueron arrestados tres examinadores de la Jefatura Provincial y clausuradas 24 autoescuelas en la Comunitat.
La 'operación Chuleta' de la Benemérita desenmascaró que hasta 12.000 españoles habrían obtenido en una década su carné de conducir mediante este irregular procedimiento.
Ese año, en la Audiencia de Alicante fueron juzgados otros 17 funcionarios, gestores y empresarios del sector automovilístico, acusados de defraudar a Tráfico más de 63.000 euros. Estaban procesados por tramitar expedientes irregulares a cambio de dinero, e incluso papelinas de cocaína.
Fuente: Las Provincias
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