Cinco miembros de una familia han sido condenados a penas de un año y nueve meses de prisión para cada uno de ellos por un delito de intento de estafa procesal y otro de falsedad en documento privado por manipular un parte amistoso para reclamar 42.760 euros por unas lesiones inexistentes tras un accidente de tráfico leve.
El siniestro se produjo en diciembre de 2012 en el aparcamiento de un centro comercial de Siero al chocar un vehículo contra el turismo en el que viajaban dos de los condenados que se resolvió con la firma de un parte amistoso en el que se hacía constar una "x" en la casilla referida a la inexistencia de víctimas.
El vehículo cuyo conductor asumió la responsabilidad del choque al haber invadido el carril del segundo sufrió daños por importe de 281,92 euros mientras que los del Citroen Xsara en el que viajaban los condenados ascendieron a 500,87 euros.
Cinco meses después las dos personas que viajaban en el vehículo y tres familiares más presentaron una demanda civil en un juzgado afirmando que los cinco iban a bordo del turismo siniestrado y aportando informes médicos, facturas de asistencia sanitaria y partes de baja de todos ellos por los que reclamaban 42.760 euros.
Además presentaron ante el juzgado el parte amistoso en el que habían modificado el original tachando la casilla referida a la inexistencia de víctimas y haciendo constar una x en la correspondiente a la existencia de víctimas.
Según la sentencia ninguna de las dos personas que viajaban en el Citroen Xsara acudieron ese día a un centro sanitario para ser examinados algo que sí hicieron al día siguiente al igual que los otros tres condenados y, pese a residir en domicilios distintos, fueron juntos a la misma hora al Hospital Universitario Central de Asturias alegando que todos ellos habían sufrido lesiones.
Además, en el primer día hábil siguiente al del accidente acudieron a un centro privado a recibir asistencia médica alegando que la compañía de seguros se había desentendido.
La resolución judicial establece que los condenados actuaron con el fin de enriquecerse engañando al juzgado donde presentaron su demanda al simular haber sufrido, con motivo de un siniestro de escasa entidad, unos daños personales que no respondían a la realidad.
Fuente: La Nueva España
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