La mujer, que fue condenada por conducir sin carné, asegura que no ha podido afrontar la sanción en los plazos estipulados por su «difícil» situación económica
Sentada ante su abogado, Cristina Cerezo rompía a llorar. Incrédula, se llevaba las manos a la cara mientras su abogado le decía que acababa de recibir un auto del juzgado en el que se ordenaba su ingreso en prisión durante 80 días, después de que no haya abonado los 480 euros que le faltaban por pagar de la pena de multa que le impusieron el verano pasado por conducir sin carné. Madre separada, con dos hijos de seis y 16 años a su cargo, insiste en que su «difícil» situación económica no le ha permitido cumplir con los plazos que se estipularon.
Los hechos que le han llevado a encontrarse en esta situación tuvieron lugar el pasado verano. A las ocho y media de la mañana del 15 de agosto fue interceptada por unos agentes de la Policía Local de Benalmádena cuando conducía un ciclomotor. En la resolución se insiste que nunca había obtenido la licencia para ello.
Cristina nunca ha negado su error, de hecho, la sentencia está dictada de conformidad con las partes. Explica que aquella mañana, cuando la pararon, iba a trabajar: «Me llevé una grandísima sorpresa, no me lo podía creer. Siempre había tenido moto, desde pequeña, y permiso para llevarlas. Pero la normativa cambió y había que solicitar una convalidación, algo que no hice porque no lo sabía. Reconozco que me equivoqué».
Fue así como el Juzgado de lo Penal número 6 de la capital la condenó por un delito contra la seguridad vial a pagar una multa de 720 euros. El letrado Guillermo Jiménez, que representa a Cristina desde que se hizo con el caso en el turno de oficio, explica que la complicada situación económica de esta mujer le llevó a solicitar a la juez un calendario de pagos aplazado.
Cristina relata que estudió auxiliar de enfermería en Barcelona, donde vivía antes, justo al tener a uno de sus hijos. «Al final me saqué el título y comencé a trabajar en ello, pero cuando me separé de mi pareja y me vine a Benalmádena a vivir con mi madre el trabajo se torció», afirma.
Llegó a la Costa del Sol en 2007, en plena crisis económica. Desde entonces siempre ha tenido trabajos temporales, el último como charcutera en un supermercado: «A mi no se me caen los anillos por trabajar en lo que sea, solo quiero tener dinero para sacar adelante a mis hijos».
Sus idas y venidas en el mercado laboral, acompañado de los bajos sueldos que ha ido cobrando, le han llevado muchas veces a tener que priorizar sus gastos. «Mis padres me tienen que ayudar de vez en cuando con la compra o ingresándome algún dinero porque no llego a final de mes con los niños», añade.
Ésta es la razón por la que Cristina insiste en que no ha cumplido con el calendario de pagos que estableció el juzgado, por el que tenía que abonar 120 euros durante seis meses desde el pasado diciembre: «Con el dinero del que dispongo tengo que pagar el alquiler, la luz, el agua... son muchos gastos, y mis hijos no se van a quedar sin nada de ello. Eso va antes que cualquier otra cosa».
Pese a lo complicado de su situación, asegura que siempre ha mostrado disposición a pagar. Junto a su letrado, señala que el primer mes abonó los 120 euros del plazo, aunque en enero no pudo, los meses siguientes fue enviando al juzgado las cantidades que iba sacando para cumplir con la multa: «Un mes mandé 100 y otro 20, era lo que tenía».
Incapacidad Laboral Transitoria por enfermedad
En el pasado mes de abril, Cristina se fue al paro y ahora le han concedido una Incapacidad Laboral Transitoria por enfermedad, que está esperando cobrar. Mientras tanto, insiste en que intentará reunir el dinero de la multa «de la forma que sea» para no tener que entrar en la cárcel. Su única preocupación: sus hijos.
«No es que haya estado meses sin pagar, sino que he ido entregando lo que he podido. Me parece ridículo que me ordenen que ingrese en prisión con la de corruptos que hay en la calle», dice Cristina resignada.
Por su parte, su abogado recuerda que en el juzgado se está actuando conforme a la ley y que si algo falla no es el comportamiento de la juez, sino las normas. Jiménez asevera que ya ha presentado un escrito en el Juzgado de lo Penal número 6 para que se le sustituya la pena de multa por trabajos en beneficio de la comunidad. «Agotaremos todas las vías que tenemos en nuestras manos, incluso estamos barajando solicitar un indulto», afirma.
Sin embargo, de momento, el reloj sigue corriendo en contra de Cristina. La orden de entrada en prisión, para la que se da un plazo de diez días, está encima de la mesa. «Por mis hijos y por humanidad no pierdo la esperanza de no tener que ingresar en la cárcel», sentencia.
Fuente: Diario Sur
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