En su décimo aniversario, que se cumple el 1 de julio, investigadores de la Universidad de Sevilla cuestionan la eficacia a largo plazo del permiso de conducir por puntos en todo el mundo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Sevilla y publicado por la revista Transport Policy, revista de referencia intencional en la evaluación de políticas de transporte, afirma que la introducción del permiso por puntos, tanto en España como en el resto del mundo, provoca un efecto inicial moderado y significativo (reduciendo la siniestralidad vial entre un 15-20%), si bien, ese impacto se diluye a largo plazo, hasta terminar desapareciendo, generalmente, en el plazo de un año y medio.
Este trabajo del grupo de investigación Applied Economics & Management de la Universidad de Sevilla analiza la eficacia global del permiso de conducir por puntos en los países donde se ha implantado, incluida España. Concretamente, este trabajo, a través de un meta-análisis, sintetiza los resultados provenientes de 26 estudios internacionales, que evalúan la eficacia del permiso por puntos tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo y que han sido publicados en top journals internacionales.
Esta investigación ha sido desarrollada por los profesores José Ignacio Castillo-Manzano y Mercedes Castro-Nuño. Según el profesor Castillo, “desde su desarrollo a mediados de la década de los 50 del siglo pasado en Estados Unidos, los permisos por puntos se han convertido en unos de los instrumentos de política de seguridad vial que más rápidamente se han extendido por todo el mundo, especialmente entre los países desarrollados. Pero lo cierto es que la evidencia empírica internacional demuestra que carecen de cualquier efecto a largo plazo”.
Lo efectos más positivos de los mismos suelen concentrarse en los meses inmediatamente posteriores a su aprobación, reduciendo la siniestralidad entre un 15-20%, según el país donde se haya aplicado. En dichos momentos y alentado por el impacto mediático que genera su introducción, puede darse un momento de reflexión general sobre comportamientos y prácticas inapropiadas al volante. Pero la evidencia empírica internacional parece mostrar que dicho impulso inicial tiene una pronta fecha de caducidad, desapareciendo, completamente, en un periodo medio de unos dieciocho meses.
El caso español no ha sido una excepción. Según la profesora Castro-Nuño, “está ampliamente aceptado que también en España, el impacto positivo inicial del permiso por puntos se fue diluyendo progresivamente tras su implementación, aunque hay que remarcar que dichos efectos se prolongaron algo más que la media internacional, puesto que tardaron unos dos años en desaparecer”.
Curiosamente y a pesar de que no hay datos empíricos que avalen su eficacia a largo plazo, para el profesor Castillo-Manzano, “el permiso por puntos se ha convertido en un hito social del que nos sentimos orgullosos los españoles”. Si bien, en opinión de este profesor, han sido medidas menos glamurosas y más coercitivas, como el endurecimiento del Código Penal en materia de seguridad vial aprobado en diciembre de 2007, las que han impactado de forma más duradera durante los últimos años, en la tendencia a la baja de la siniestralidad vial.
Según este profesor, “los economistas creemos en los incentivos, y realmente funcionan. Pero si lo pensamos fríamente, el miedo a perder algún punto, especialmente cuando se tienen todos, no parece a priori un incentivo demasiado fuerte como para cambiar comportamientos al volante no deseados. En cambio el miedo a ir a la cárcel, en una persona que esté alejada de actividades delictivas, es un claro revulsivo para cambiar hábitos de conducción imprudentes”.
De hecho el efecto de la reforma de 2007 del Código Penal, no sólo está siendo duradero, sino que esta medida incluso logró una cierta anticipación, al detectarse un impacto significativo que comenzó incluso un mes antes de entrar en vigor la citada reforma; lo que sin duda fue potenciado por la extensa cobertura que realizaron los medios de comunicación acerca de su tramitación parlamentaria. En realidad, en opinión del profesor Castillo-Manzano, una de las razones de la errónea percepción que la opinión pública tiene del éxito a largo plazo alcanzado por el permiso por puntos, puede estar en el solapamiento que ambas medidas tuvieron en el tiempo, ya que los efectos de la reforma del Código Penal comenzaron cuando todavía no se habían diluido completamente los relativos a la implementación del permiso de conducir por puntos.
Para la profesora Castro-Nuño, en todo caso, a pesar de su potencial preventivo y rehabilitador de infractores, el establecimiento de un permiso por puntos no puede concebirse como una estrategia puntual y aislada; sino que debe insertarse en una planificación global de la política nacional de seguridad vial, que esté articulada en torno a las soluciones ofrecidas por la ingeniería, la educación formativa y el control y supervisión de normas que ejerce la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Todo ello, con el objetivo de trasladar a la sociedad en conjunto, la responsabilidad compartida de prevenir los comportamientos de riesgo al volante.
Ambos profesores concluyen que, más allá del cuestionable éxito particular de la introducción del permiso por puntos, no cabe duda de que a lucha contra la siniestralidad vial, es un claro ejemplo de éxito colectivo estable alcanzado por la sociedad española. Un éxito que no se debe a la improvisación, ni al azar, sino que es el resultado de decisiones adecuadas mantenidas en el tiempo, en un marco generalmente alejado de la confrontación política.
Fuente: Sevilla Actualidad
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