El colectivo de personas de edad avanzada es el que más preocupa a las autoridades de seguridad vial en la provincia de Ourense, un territorio envejecido en el que el censo de conductores con más de 65 años engloba ya a más de 42.000 personas, sobre un total de 197.000 (el 21%).
Desde enero, cuatro personas perdieron la vida en accidentes de circulación ocurridos en la provincia. Tres superaban los 70 años. La mitad de las víctimas eran peatones; el último, el vecino de O Tellado (Cea) que falleció este miércoles, a los 75 años, tras quedar atrapado bajo un vehículo que maniobraba marcha atrás, mientras el peatón estaba cortando el agua dentro de una arqueta. Según los primeros datos de Tráfico, no había señalizado la boca del registro y tampoco llevaba elementos reflectantes, si bien el accidente ocurrió al mediodía en una carretera local.
Una semana antes, un septuagenario perdió la vida en una colisión con otro automóvil, registrada en la carretera nacional N-525, en el concello de Taboadela. El 17 de enero fue atropellado un hombre de 74 años en Verín.
Formación y reflectantes
Tráfico incide con la formación. Este lunes, por ejemplo, 30 mayores asistieron a una charla en Vilar de Barrio sobre el permiso de conducir y su renovación, las restricciones según las facultades y la influencia de los medicamentos, así como la necesaria concienciación de los peatones.
En la actividad formativa organizada por la Jefatura Provincial de la DGT se repartieron chalecos a los asistentes. Pero a mayores, Tráfico urge un cambio básico. Lo explica el jefe provincial, David Llorente. "Es necesario que cambie la Ley de Protección de Datos, para que la DGT y los directores de centros psicotécnicos podamos acceder a las bases de datos sanitarias, de manera que sea posible evaluar mejor las facultades de los mayores; el colectivo más preocupante".
Fuente: Faro de Vigo
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