- Francisco López disfrutó de un «lujoso» viaje a Cancún invitado por el presidente de la CNAE
- La CNAE dio 20.000 euros a un proyecto del marido de la responsable de tráfico.
Crecen las sospechas en torno al presunto amaño en la concesión de los cursos de recuperación de puntos a la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), presidida por José Miguel Báez. Pero ahora las acusaciones no van sólo hacia Marta Carrera, subdirectora adjunta de Formación Vial de la DGT y protagonista de las grabaciones donde supuestamente acordaba los pliegos del concurso público con Báez, sino a la directora general del ente público: María Seguí. Su marido, Francisco López Valdés, fue invitado por la CNAE «en condiciones de máximo lujo» a Cancún (México) en septiembre de 2014, según denunció ante laFiscalía Provincial de Zaragoza el que fuera su jefe de investigación en la Universidad de Zaragoza, Juan José Alba. Una invitación confirmada por la DGT y la propia CNAE.
Según consta en el escrito al que ha accedido EL MUNDO, López acudió al IV Congreso Iberoamericano de Seguridad Vial, «siendo sus gastos de viaje e inscripción asumidos por la CNAE». Alba argumenta en su denuncia que la «CNAE es una organización cuyos intereses se ven frecuentemente afectados, para bien o para mal, por decisiones de la DGT» y que, por ello, «siempre» le dijo al esposo de Seguí que no le gustaban «ese tipo de regalos, especialmente en un congreso en el que su esposa era la Directora General de Tráfico y era miembro del Comité de Honor».
La Universidad de Zaragoza se negó a pagarle el viaje a López. «Le dije que no le íbamos a costear el tema de Cancún y me dijo que se ocupaba CNAE. Fue sin mi aprobación a presentar un proyecto del grupo de investigación del que yo era el máximo responsable y sin ser investigador principal», apostilla el investigador, quien tras denunciar estos hechos fue relegado de su puesto. «Pedí la expulsión del marido de Seguí y al que sacaron de allí fue a mí», recuerda.
Alba asegura que López exhibió ante sus compañeros la exclusividad del viaje al que fue invitado. «En una conversación de Skype se dedicó a enseñar su habitación con jacuzzi en Cancún y viajó en clase business», señala Alba. Éste no es un desconocido para la pareja de Seguí. Era un profesor titular del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza y la persona que le «enchufó como becario por petición de Seguí». «Seguí me dijo que había un investigador muy bueno que estaba en Estados Unidos y me pidió que le diese la beca. Lo que no me dijo es que era su novio ni que se iba a casar con él más tarde. De haberlo sabido, jamás lo habría fichado», dice Alba, quien llegó incluso a contratar a López cuando concluyó su período de beca a razón de 2.237 euros al mes. Para hacer méritos que justificasen su contratación en el laboratorio, López trajo un encargo por parte de la CNAE. «Me dijo que la CNAE quería que les realizásemos un proyecto. No entendí que la confederación en vez de ponerse en contacto conmigo, como era habitual, lo hicieran directamente con una persona que no era la responsable», comenta.
La CNAE decidió financiar con 20.000 euros el proyecto que propuso el marido de Seguí a la Universidad de Zaragoza. Concretamente, el de la puesta en marcha de un simulador de conducción para entrenamiento en situaciones de riesgo. Algo extraño, según Alba, pues la institución no era la referente en este campo en España.
El objeto de la investigación que se les pedía y la cercana relación entre el matrimonio Seguí-López y Báez fue vista con incredulidad por Alba. «Me pareció una práctica inaceptable y por eso pedí quedar al margen del proyecto. Además, me había dicho que su mujer podía traernos contratos de la DGT para desarrollar el mismo simulador para la Guardia Civil y le dije que eso sería dinero sucio», sostiene. El profesor decidió quejarse a sus superiores, los directores del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza (I3A).
«CNAE tiene sus relaciones con la DGT, y CNAE ha hecho regalos (al menos, pago de viaje a un congreso en Cancún) a una persona todavía pagada por mí y con relación familiar con la directora de la DGT. El contrato llegó al I3A por relaciones personales de terceros, ajenos al I3A y a TESSA [grupo de investigación de Alba], y se nos ha propuesto incluso la participación en negocios futuros. No voy a realizar ningún análisis sobre si esto es legal o no, pero, como no se ajusta a mis principios éticos, decidí quedarme al margen de toda relación con ese trabajo», explicó a sus jefes Alba, que dejó la supervisión del proyecto en manos del investigador principal, Mario Maza. Sin embargo, no fue él quien viajó a Cancún a presentar las conclusiones del mismo, sino el marido de Seguí. Algo totalmente «entendible» tanto para la DGT como para la CNAE.
Pero los agasajos de la CNAE a la pareja de Seguí podrían haber ido más allá de Cancún. Jacinto Pérez, director de relaciones institucionales de la CNAE, le hizo una invitación al matrimonio Seguí-López. «No sé como tenéis vuestras vacaciones, pero te voy a proponer una cosa, por si estáis algún día por Madrid y os apetece pasear un poquito por la sierra. Yo tengo una casita en Los Ángeles de San Rafael para desconectar y olvidarme del mundanal ruido los fines de semana y agosto. Si alguno de los días que estéis por Madrid os decidís, os invitamos a pasar por allí. Si venís con niños, se podrán divertir en la piscina y ver en mi pequeña huerta como crecen los tomates, lechugas, calabacines, cebollas... Y si venís solos podemos pasear por la sierra y luego reponer fuerzas con los productos vallisoletanos que tu bien conoces y unas chuletitas en la barbacoa», escribió el directivo de la CNAE al esposo de la responsable de la DGT. (Información completa)
Fuente: El Mundo
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