Las vías interurbanas en Asturias acumulan más muertos en siete meses que en todo 2015

Crece tanto el número de siniestros como el de víctimas. La Unión de Guardias Civiles denuncia la «nefasta» política preventiva frente al afán recaudatorio

Asturias es una de las seis comunidades autónomas que registró un mayor incremento de accidentes mortales en vías interurbanas en el periodo comprendido entre el uno de enero de 2015 y el pasado día 2 de este mes de agosto. La Subdirección General de Análisis y Vigilancia Estadística de la Dirección General de Tráfico contabilizó en el Principado nueve accidentes mortales en todo el 2015, que arrojaron un balance de nueve muertos; mientras que en los siete primeros meses de este año la cifra se elevó a 12 accidentes mortales que se saldaron con 13 personas fallecidas.

La Dirección General de Tráfico (DGT) publicó esta semana los datos comparativos de la siniestralidad en España que constatan el incremento tanto en accidentes mortales como en número de personas fallecidas en los siniestros. Así, la estadística refleja que el año 2015 se cerró con 569 accidentes mortales en todo el país que ocasionaron la muerte de 631 personas, mientras que desde enero de este año al pasado día 2 de agosto hubo 590 accidentes mortales en las carreteras españolas que se saldaron con 673 fallecidos. Unas cifras que, a juicio de la asociación profesional Unión de Guardias Civiles (Unión GC), vienen a respaldar sus críticas ante la «nefasta» política en materia de seguridad vial que se viene llevando a cabo desde la DGT y advierten de que el «aparente afán recaudatorio» parece primar la labor sancionadora sobre la tarea preventiva de auxilio al automovilista.

Mayores impactos

La estadística sitúa a Asturias junto a Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura y la región de Murcia como las autonomías que mayor impacto han sufrido, tanto en número de accidentes mortales como de fallecidos, durante el período analizado en vías interurbanas. Estos datos han llevado a la Unión GC a plantear la necesidad de destinar mayores inversiones para su mantenimiento. Una falta de inyección económica que achaca al Ministerio de Fomento, al que le corresponde esta competencia, que «tampoco hace los deberes», lo que se traslada al actual estado de las carreteras que califican de «lamentable».

La asociación estima como prioritario continuar con la inversión en medidas preventivas, como la sustitución de los guardarrailes por unos sistemas de seguridad más modernos que sirvan para evitar muertes, «especialmente en el caso de los motoristas», sostiene el portavoz de la asociación. Para la Unión GC, de nada vale emplear a los agentes de la Agrupación de Tráfico para realizar multitud de macrocontroles de alcoholemia o drogas, que «salen más rentables económicamente», si se descuidan aspectos fundamentales como la labor preventiva de vigilancia «a pie de asfalto» o la presencia en carreteras secundarias, donde se producen actualmente el 80 por ciento de las muertes en carretera. «Los índices de siniestralidad no hacen más que darnos la razón y corroboran la errática línea marcada por la DGT», asevera.

La productividad de las sanciones

La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sigue aplicando los indicadores RAI y RAU, que marcan la valoración de la labor desarrollada por los agentes, incluyendo y valorando positivamente la actividad sancionadora de cada uno de ellos. «Sirven también para penalizar al agente que no sanciona suficientemente», según denuncia la Unión GC que reitera su petición para la anulación del análisis de la productividad en la persecución de las infracciones a los automovilistas. Una medida que, a juicio de la asociación, es «perversa y coactiva puesto que supone un elemento de presión a añadir a la ya de por sí difícil tarea diaria que desarrollan los agentes de Tráfico de la Guardia Civil».

Desde UniónGC exigen a los responsables de la DGT una inversión adecuada en medios para los agentes, con una plantilla que se ajuste a las necesidades actuales del cuerpo y la aplicación de unas directrices «claras, orientadas a prevenir la siniestralidad en carretera, si de verdad se quiere hacer una política eficaz para reducir la sangría de muertes en las vías de comunicación». 

Fuente: La Voz de Asturias