jueves, 3 de noviembre de 2016

Juan Ignacio Zoido, un juez para ministro de Interior


Juan ignacio Zoido, nuevo ministro de Interior, en una imagen del pasado mes de octubre

Cuando Juan Ignacio Zoido Álvarez, 59 años, llegó a Lanzarote con apenas 26 años para estrenar la toga con la que tanto había soñado mientras echaba una mano de niño en la pastelería de su padre o en la fábrica de hielo de sus tíos, nunca imaginó que sólo nueve años después sería nombrado decano de los jueces de Sevilla, la ciudad en la que estudió, en un piso con otros alumnos de Derecho, y de la que se enamoró.

En todos esos años, entre pleito y pleito, sólo repetía dos ideas que ha mantenido inalterables a pesar de todos los avatares por los que ha pasado su vida: su amor por la Justicia y su amor por Sevilla. En el Decanato aunó ambas metas. Y pudo presumir ante los suyos de haber logrado sacar provecho al esfuerzo de sus padres. Él, Florentino Zoido, de Fregenal de la Sierra (Badajoz), murió joven. Pero su humilde pastelería de pueblo sufragó los estudios de todos sus hijos. Ella, Catalina Álvarez, natural de Montellano (Sevilla), lo educó en una serie de valores que siguen intactos en su conciencia.

Zoido nació, de hecho, en Montellano porque Catalina defendía que los hijos tienen que nacer en el pueblo de sus madres. Se crió en Fregenal y comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Almería, donde conoció siendo un chiquillo a su mujer, Beatriz Alcázar, con la que ha tenido cuatro hijos: tres niños y una niña. Uno de ellos, el segundo, José María, murió en un accidente de tráfico. Y el juez se auxilió de sus profundas creencias religiosas para salir a flote.

En esa época ya había comenzado a labrar un destino que estaba muy por encima de sus sueños infantiles. Tras pasar por los juzgados de Utrera, Tenerife, uno de Familia y otro de lo Penal en Sevilla, Margarita Mariscal de Gante lo llamó para ser director general de Relaciones con la Administración de Justicia en 1996. Había ingresado en el PP sólo unos años antes, pero su trayectoria profesional le abrió muchas puertas en el partido. En el año 2000 fue nombrado delegado del Gobierno de José María Aznar en Castilla la Mancha, cargo que dejó en 2002 para volver como delegado del Gobierno a Andalucía. (Seguir leyendo)

Fuente: ABC

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