La bajada del número de estos profesionales, unida a la reducción del número de pruebas diarias que realiza cada uno de ellos han acentuado el problema
Las autoescuelas de Madrid están en pie de guerra contra la Dirección General de Tráfico (DGT). Tanto la Asociación de Pequeños Empresarios de Autoescuelas (Apeam) como la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid (Apamad) denuncian que la «falta de examinadores» está provocando enormes retrasos para los aspirantes a sacarse el carné de conducir.
Mientras la primera ha convocado una manifestación esta mañana frente a la sede de la DGT en Arturo Soria, la segunda ha remitido una carta a Gregorio Serrano, director general de Tráfico, exprensándole su malestar por la situación que están viviendo, ya que la espera que tiene que sufrir cada autoescuela es «de entre 20 ó 25 días», por lo que cada centro al año sólo puede acudir a 19 ó 20 exámenes.
«Y eso», apunta Ricardo Cano, presidente de Apamad, «con una limitación de pruebas», que se acordó que fuera de cuatro alumnos por profesor. «Si no la hubiera, estaríamos con exámenes cada mes y medio o dos meses».
Si antes de la crisis, cada autoescuela podía llevar a sus alumnos a examen casi todas las semanas, ahora tienen que esperar casi un mes, lo que supone, en palabras de Cano, que «se interrumpe la formación, lo que lleva abocado a un mayor número de suspensos». Y es que, ante estos retrasos, muchos alumnos, si suspenden y deben repetir la prueba, prefieren dejar de dar clase y retomarlas cuando queden pocos días para el examen.
Así las cosas, Apamad subraya en un comunicado que esta situación se ha derivado «de una falta de funcionarios públicos, generalizada para toda la función pública». Así, de los 103 examinadores adscritos al Centro de Exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico en 2012, se ha pasado a sólo 72.
Además, señala la carta, la aplicación en enero de 2013 del llamado protocolo de calidad, procedente de una directiva europea, que redujo la carga de trabajo de un examinador de 16 a 13 alumnos diarios, lo que ha supuesto la realización de 200 pruebas diarias menos.
Por todo ello, sostiene Apamad, «es fácil comprobar que la situación de las autoescuelas de Madrid se hace insostenible», por lo que piden al nuevo director, que sólo lleva dos meses en el cargo y del que agradecen su «buena voluntad» expresada, que trate de buscar soluciones conjuntas a la problemática.
El objetivo, según las autoescuelas, es que se encuentre el equilibrio «de forma equitativa» para que se pueda regular «la frecuencia en las pruebas de aptitud al objeto de poder programar la formación de nuestros alumnos, anticipándoles unas fechas posibles de examen, por diferentes motivos: trabajo, estudios, viajes...».
Para Apamad la limitación de cuatro alumnos por examinador se ha demostrado una medida «insuficiente» e insisten en que todo ello «hace imposible una correcta planificación en la formación de nuestros alumnos, al igual que los retrasos en la realización del nuevo examen, pues al no poder prever fechas aproximadas el alumno interrumpe su formación, acumulando suspensos».
Asimismo, precisa el comunicado, la situación ha provocado que «muchos centros estemos abocados al cierre con la consecuente pérdida de puestos de trabajo». Por último, piden una reunión con el director general para, en palabras de Ricardo Cano, «encontrar soluciones» antes de convocar una manifestación como la que ha convocado Apeam, que tiene las mismas reivindicaciones.
En el sector de los examinadores comprenden las peticiones, pero tienen sus propias reivindicaciones también, ya que aseguran que aun con el protocolo de calidad, que reduce las pruebas de cada uno de ellos a 13 diarias, a «veces no tenemos tiempo ni para ir al baño ni tomar un café». «Lo ideal aplicando el protocolo de calidad sería reducir de 13 a 12 las pruebas», afirma Juan Carlos Aedo, portavoz de los examinadores de Madrid. «La tasa de reposición de examinadores no ha sido acorde con las jubilaciones y las bajas», admite Aedo, que añade que con la crisis se redujo el número de solicitantes de pruebas, pero ahora, «que esto vuelve a funcionar, se está formando bastante atasco».
Un portavoz de la DGT explicó que Tráfico intenta hacer «todo lo posible» por mejorar esta situación y tener más examinadores, pero recuerda que la propia DGT ha perdido 800 trabajadores por la crisis.
Fuente: El Mundo
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