Un usuario de Reddit contaba ayer su experiencia, que ciertamente es única en comparación con el proceso de aprendizaje y obtención de la licencia en prácticamente cualquier otro país. Hasta el punto en que el proceso de obtención del permiso de conducir en Filandia se prolonga durante años, empezando antes de alcanzar la mayoría de edad, y terminando después de haber estado un año conduciendo y adquiriendo las habilidades que, a la postre, resultarán vitales para cualquier conductor que se precie de serlo en un país con una climatología tan adversa.
Para los finlandeses es tan importante estar preparados para afrontar la conducción en este tipo de condiciones, que el aprendizaje, y el posterior examen de conducción, incluye pruebas como un simulador de conducción que emula el manejo de un automóvil en condiciones nocturnas y de baja visibilidad. Recordemos que en Finlandia, y según la región, las horas de luz en invierno a menudo se reducen a unos minutos, y los conductores han de conducir a menudo por carreteras sin iluminar, bajo auténticos temporales de viento y nieve, y con la amenaza continua de la fauna local, con encuentros continuos con animales de la envergadura de un alce o un reno.
Esa climatología es también la razón por la cual los conductores han de afrontar una prueba que, desde nuestra visión de un país bañado por el Mediterráneo, puede parecernos divertida y pintoresca, pero que en Finlandia resulta vital. Los conductores han de afrontar también un proceso de aprendizaje en pistas deslizantes, que mediante neumáticos de verano y pistas de material sintético cubiertas de agua, simulan las condiciones que encontrará un conductor a la hora de afrontar una pista helada.
El aspirante ha de aprender a desenvolverse en este escenario adverso, controlar el vehículo, saber cómo reaccionar cuando su coche derrapa, cómo salir de una pista deslizante, e incluso cómo efectuar frenadas de emergencia o maniobras esquivas, crucial, de nuevo, para evitar a esos graciosos pero peligrosos animalillos que encontrará un finlandés en sus viajes.
En España ya nos gustaría que los aspirantes a conductores tuvieran que afrontar pruebas, no como las finlandesas, pero sí que requirieran de cierta habilidad al volante y ayudaran al aspirante a adquirir esas habilidades. Pruebas que un aspirante tendrá que afrontar varias veces a lo largo de su vida como conductor, y cuya consecución puede marcar la diferencia entre sufrir un accidente, o salvar la situación, maniobras que pueden ir desde efectuar con agilidad cambios de dirección muy rápidos (un slalom de conos), hasta realizar frenadas de emergencia y maniobras esquivas con rapidez y precisión.
Fuente: Diario Motor
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