Los conductores con peor visión tienen tres veces más accidentes que el resto de las personas que se ponen ante el volante y actualmente cerca de 600.000 estarían circulando por las carreteras españolas con una agudeza visual inferior a 0,5, que es el mínimo legal exigido para obtener o prorrogar el permiso de conducir.
Éstas son las principales conclusiones del informe 'El estado de la salud visual de los conductores en España 2017', de la asociación Visión y Vida y realizado por la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa, perteneciente a la Universidad Politécnica de Cataluña, con la cofinanciación de Fedao y Correos Express, y la colaboración de la Dirección General de Tráfico (DGT).
El estudio, de 108 páginas y hecho público este martes en un acto en el Congreso de los Diputados, actualiza los datos de la primera edición, presentado en 2011 y en el que se concluyó que cerca de seis millones de conductores en España circulaban con problemas visuales, entre ellos un millón que ni siquiera debería conducir.
El trabajo, realizado entre octubre de 2015 y diciembre de 2016, cuenta con una muestra de 1.039 conductores, a los que se ha realizado un cuestionario sobre edad, sexo, uso de gafas o lentes de contacto, antigüedad del permiso de conducir y número de kilómetros anuales recorridos, de accidentes de tráfico en los últimos cinco años y de accidentes de tráfico grave (al menos una noche de hospitalización).
A los conductores también se les evaluaron capacidades como agudeza visual mono y binocular de lejos, agudeza visual mono y binocular de lejos en visión mesópica, estereoagudeza, sensibilidad al contraste, deslumbramiento, percepción cromática y campo visual.
CONDUCTORES PROFESIONALES
Aurora Torrents, vicedecana de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa y directora del estudio, destacó que este trabajo es el primero que establece una relación directa entre mala visión y accidentalidad vial, puesto que los conductores con una agudeza visual en visión binocular en visión de lejos igual o inferior a 0,4 (por debajo del mínimo legal) tienen tres veces más accidentes que el resto.
Así, un 32% de quienes tienen una agudeza visual igual o inferior a 0,4 confiesan haber tenido algún accidente; por un 9,6% de los de 0,6 de agudeza visual; un 10,3% de los de 0,8; un 13,4% de los de 1,0, y un 11% de los de 1,2. La literatura científica establece que casi el 100% de la población hasta los 65 años debería alcanzar el 100% de agudeza visual (esto es, igual a 1) con la corrección adecuada.
Además, cerca de 6,5 millones se ponen al volante con una agudeza visual binocular inferior a 0,8, que es la exigida al conductor profesional, lo que puede deberse a que necesitan gafas o no llevan una graduación actualizada porque lo normal es 1.
El estudio subraya que un 27,2% de los conductores (unos siete millones) tienen al menos una deficiencia visual que afecta a la conducción. Si se tiene en cuenta que el 90% de la información recibida para la toma de decisiones es a través de los ojos y que en carretera se toman unas 15 decisiones por cada kilómetro recorrido, un problema visual no resuelto puede poner en riesgo la vida del conductor.
Entre los principales problemas visuales, ocho de cada 10 conductores no tienen una sensibilidad óptima al contraste, ya que sólo un 22% puede distinguir las letras de menor contraste (lo que podría dificultar la lectura de las señales en carretera o la detección rápida de objetos en la ruta), un 45% de los de menos de 65 años no poseen visión tridimensional (puede afectar a la medición de la distancia o evitar obstáculos) y un 28,2% de los de al menos 65 años tienen un campo visual muy reducido (reduce al máximo el tiempo de reacción).
RECOMENDACIONES
Por ello, Visión y Vida reclama a las autoridades el refuerzo de las pruebas psicofísicas en los centros de reconocimiento para que hagan revisiones visuales completas y la exigencia de las mismas aptitudes psicofísicas para los examinados mayores de 65 años que los jóvenes.
Cabe destacar que el 99,5% de los mayores de 75 años que se sometieron a pruebas de renovación del carnet fueron considerados aptos, según la DGT, y suelen ser ellos y sus familias (64%) los que deciden dejar la conducción por no sentirse seguros. A día de hoy, están obligados a someterse a revisión cada cinco años, por lo que cualquier cambio en sus condiciones puede pasar desapercibido.
Además, Visión y Vida pide un refuerzo y la promoción de protocolos estandarizados en las pruebas de deslumbramiento, sensibilidad al contraste y extensión del campo visual, con la obligatoriedad de hacer pruebas de medición de agudeza visual de cerca, miopía nocturna y estereoagudeza para que siempre sean realizadas en los centros examinadores.
La explicación y la difusión de las consecuencias derivadas de una operación de cirugía refractiva (no siempre se informa correctamente al operado de cirugía porque en muchas ocasiones no saben que después de la operación perderán su licencia durante un mes, tras el cual deben volver a revisarse y será su oftalmólogo quien debe darles el alta) y el refuerzo de los requisitos visuales a los conductores profesionales y los que tienen una visión límite (agudeza visual de 0,1) son otras de las recomendaciones de Visión y Vida.
El estudio señala que el Reglamento General de Conductores se modificó en 2015 debido a imposiciones europeas con una norma mucho más laxa, al permitir, por ejemplo, que una persona sea considerada apta con 0,5 y 0,1 de agudeza visual en su mejor y peor ojo, cuando antes era 0,8 y 0,5 respectivamente. Asimismo, las revisiones obligatorias a los conductores mayores de 65 años deben realizarse cada cinco años y no cada dos, como marcaba la ley. Y, tras una operación de cirugía refractiva, el conductor pierde su licencia de conducir por un periodo de un mes, en lugar de los seis meses anteriores.
Por todo ello, y teniendo en cuenta que en muchas ocasiones es el propio conductor quien se impone límites o restricciones a la hora de conducir, Salvador Alsina, presidente de Visión y Vida, cerró su participación en el acto reclamando a las autoridades su implicación y puesta en marcha de campañas de sensibilización y concienciación en materia de salud visual.
Por ejemplo, un conductor de más de 55 años necesita ocho veces más tiempo para recuperarse de un deslumbramiento que uno joven, o uno de 45 cuatro veces más luz que uno joven para poder distinguir el contenido de las señales. Por ello, que un conductor rechace utilizar sus gafas de sol (sólo un 16% de los conductores las usan) o que lleve unas gafas con su graduación sin actualizar pueden sufrir unas consecuencias trágicas.
El acto contó con la participación de Teófilo de Luis, presidente de la Comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso de los Diputados; Irene Rivera, portavoz de Ciudadanos en este órgano de la Cámara Baja, y Mónica Colás, subdirectora general de Políticas Viales de la DGT.
Fuente: El Economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para hacer comentarios en el blog de Asextra, debes estar registrado.