El negocio de la recarga no es viable sin subvencionar la inversión en un 70%.
Recargar un vehículo eléctrico con los cargadores que el
Gobierno quiere instalar en las gasolineras cuesta el triple que repostar un
vehículo de gasóleo para recorrer la misma distancia: viajar 100 kilómetros con
un diésel exige desembolsar ocho euros -14 euros con un gasolina-, mientras que
con un eléctrico cargado en una electrolinera el gasto se dispara a 1,21 euros
por kWh o el equivalente a un coste variable de 24 euros por 100 kilómetros
para que el negocio sea viable y logre una rentabilidad del 6,5% anual. Al
objeto de igualar el coste del diésel y de la recarga, la electrolinera debe
tener reducciones de los costes eléctricos y laborales, además de recibir una
subvención a la inversión inicial de casi el 70%, según un reciente informe de
la Real Academia de Ingeniería supervisado por el propio secretario de Estado
de Energía, José Domínguez, antes de ocupar el cargo.
Fuente: eleconomista.es
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