La esperanza de vida aumenta cada año, con el consiguiente envejecimiento poblacional. Sin embargo, el crecimiento de mayores al volante repercute en la siniestralidad vial.
Según datos de previsión poblacional de la OMS, la población mundial de 60 años o más es de 650 millones, y se calcula que en 2050 alcanzará 2.000 millones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) registra en España una población mayor de 65 años del 17%, que para 2050 será del 33%, mientras que en la Unión Europea se estima representará el 28% de la población.
En este sentido, la Comisión Europea alerta de una tasa de mortalidad para conductores mayores de 75 años que comienza a ser cinco veces superior a la media de la población, y su tasa de lesiones dos veces superior al resto. Un dato que invita a reflexionar sobre la influencia del envejecimiento poblacional en la siniestralidad vial, como recuerda Centro Zaragoza, es que en 2010, por primera vez, las personas mayores de 65 años se han convertido en eltramo de edad con más víctimas mortales por accidente de tráfico.
Es decir, el incremento de la esperanza de vida asocia el envejecimiento de la población y el aumento de permisos de conducir entre personas de avanzada edad. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), más de dos millones de mayores de 65 años mantienen su licencia, el 9,4% del censo de conductores. Tener autonomía en la movilidad les aporta facilidad en sus desplazamientos y les supone una fuente de actividad social.
Envejecimiento y riesgo de accidente
Sin embargo, los mayores constituyen el tramo de edad con más víctimas mortales por accidente de tráfico, junto con los jóvenes de 25 a 34 años, por delante del tramo de 15 a 24 años. Cada año se producenunas 500 víctimas mortales mayores de 65 años, con un aumento del 3% en 2011 frente a las cifras de 2007.
En términos absolutos, los conductores mayores sufren menos accidentes: conducen menos y en situaciones menos peligrosas. Pero si se contabilizan los accidentes en función de los habitantes, de los kilómetros recorridos o del número de carnés se aprecia unincremento de la accidentalidad a partir de 60 años.
Esta clase de conductores suele verse involucrada en siniestros múltiples por falta de habilidad en situaciones complejas (más que por falta de cuidado o por una conducta agresiva), habitualmente en intersecciones por no respetar la preferencia de paso, en particular al girar a la derecha o al incorporarse a otro carril.
Influencia de la edad
Entre las problemáticas que suelen presentar las personas de edad avanzada, Centro Zaragoza diferencia entre condiciones o déficits relacionados con un envejecimiento normal y aquellos relativos a enfermedades asociadas a la vejez, o envejecimiento patológico.
Pese a que cada persona envejece de manera diferente, incluso los mayores relativamente sanos pueden presentar deficiencias cognitivas, sensoriales o motoras (sobre todo en percepción y atención), que pueden modificar su capacidad para conducir.
La mayor parte de la información que procesa un conductor procede de la visión, de modo que las patologías o déficits que la afecten impiden conducir de forma segura. Con la edad se produce undeterioro general del sistema visual que se manifiesta en un empeoramiento de los movimientos oculares, dificultad para la adaptación a la oscuridad, pérdida de agudeza visual y de sensibilidad al contraste, y problemas de recuperación al deslumbramiento, entre otros. (Información completa)
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