Los conductores españoles tienen la obligación de renovar su carné de conducir cada 10 años o con más frecuencia a partir de los 70 años. Eso supone un grave problema para algunos conductores que se ven privados, mientras no reciben su carné definitivo, de poder alquilar un vehículo o de circular fuera del territorio español. La DGT, que aplica la última tecnología en la tramitación de las multas o en la detección de excesos de velocidad, emplea una burocracia obsoleta en la renovación de los permisos.
Durante el tiempo que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre tarda en remitir el permiso de conducir renovado a sus titulares, aproximadamente un mes, los conductores no pueden alquilar coches, ni circular por Europa. La razón es que los documentos provisionales que expide la DGT para poder conducir a la espera de recibir el definitivo no son reconocidos ni por las principales empresas de alquiler de coches ni tampoco por las autoridades de tráfico europeas.
Cada año, más de dos millones y medio de conductores españoles tienen que pasar por los centros de reconocimiento médico autorizados para renovar su permiso de conducir. En concreto, en 2014 fueron 2.729.652 los conductores que renovaron su permiso de la clase B para poder conducir turismos.
Desde mayo de 2010 ya no es necesario acudir a las jefaturas provinciales de Tráfico para efectuar este trámite porque es en los propios centros médicosdonde se facilitan los impresos y se expide un documento provisional para poder conducir durante tres meses. Durante ese tiempo, la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre es la encargada de realizar el permiso definitivo que remite posteriormente por correo a los interesados.
Aunque el plazo de utilización del permiso provisional es de tres meses, el plazo medio que tarda en llegar a sus titulares el nuevo carné es de un mes. El problema es que si durante este periodo cualquiera de estos conductores quisiera alquilar un coche o conducir por cualquier país de la UE, no podría hacerlo. La razón es que los documentos provisionales que expide la DGT no son reconocidos ni por la empresas de rent-a-car ni por las autoridades de Tráfico, de los distintos países de la UE.
Así se lo han reconocido a la asociación de defensa de los conductores, AEA, los responsables del tráfico del Ministerio de Interior de Francia, que no pueden dar solución a este problema que padecen cada año miles de conductores españoles.
Por ese motivo, AEA se ha dirigido al Ministro del Interior (en funciones), señor Fernández Diaz, para que “arbitre de manera urgente una solución que garantice en todo momento la libre circulación de los automovilistas españoles, hoy limitada por un problema burocrático de la Administración Española”.
Ni siquiera la alternativa de obtener un Permiso Internacional de Conducción en España permite solucionar estos problemas porque desde el año 2011 el permiso internacional debe ir acompañado en todo momento del carné español de conducción vigente, y el carné provisional no es un permiso vigente.
Hay un caso curioso con la renovación del carné de conducir. Algunos países de nuestro entorno europeo tienen un carné de conducir indefinido, de por vida o que caduca al cumplir el conductor los 70 años. Entre los indefinidos, destacar los casos de Bélgica o Alemania, o los que tienen validez hasta los 100 años como es el caso de Austria o Noruega.
Sin embargo, en virtud de una normativa europea, todos los conductores extranjeros con residencia en España están obligados a renovar su carné cada 10 años, como los españoles, aunque en su carné se acredite que es indefinido. Y lo más importante, a pagar las tasas correspondientes. España es el único país europeo en el que hay que renovar el carné cada 10 años.
Fuente: El Confidencial
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