domingo, 15 de enero de 2017

La DGT intenta frenar la sangría de accidentes mortales con un servicio de asesoramiento para el Centro de Gestión del Tráfico de Madrid que llevarán a cabo dos empresas de Ingeniería por 2,5 millones de euros

El “servicio para la elaboración de estudios e informes técnicos relativos a la circulación y la gestión de la información del Centro de Gestión del Tráfico de Madrid”, ha sido adjudicado a una UTE de Iceacsa Consultores y Tekia Ingenieros.

El director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Gregorio Serrano, afirmaba recientemente que tras dar a conocer los tramos más peligrosos de la red viaria española mediante la señalización de los puntos negros es necesario trabajar con los titulares de las carreteras para reducirlos. Sin embargo, la información sobre estos puntos negros no es tan sencilla para el conductor. Además, las carreteras presentan un estado ampliamente mejorable. La congelación de los Presupuestos de 2016 ha provocado un estancamiento en la construcción de Autovías, que son las carreteras más seguras y donde solo se produce el 20% de los accidentes mortales. Además, las carreteras interurbanas secundarias, las que presentan mayor mortalidad, presentan un estado lamentable en muchos puntos que no se subsana. Pero, ¿de qué datos se excusaba Serrano?

Desgraciadamente, la siniestralidad en las carreteras españolas no mengua. Las acciones llevadas a cabo por la DGT en los últimos años según las indicaciones del binomio formado por ministro y director –Jorge Fernández Díaz y María Seguí primero y Juan Ignacio Zoido y Gregorio Serrano ahora-, no son lo suficientemente eficaces como para reducir sensiblemente la mortalidad en el asfalto nacional. Cinemómetros, radares, helicópteros, reducciones de velocidades punta, controles de alcoholemia y drogas, campañas de concienciación, letreros luminosos… Muchas han sido las estrategias llevadas a cabo por el organismo autónomo dependiente del Ministerio del Interior, que se han dado de bruces contra una realidad que pesa más que cualquier maniobra emprendida por la Administración: en España muere demasiada gente por accidentes de tráfico. La última Campaña llevada a cabo por la DGT ha sido la de Navidad puesta en marcha el pasado 23 de diciembre. Desde aquel momento se han producido 32 accidentes mortales que han segado la vida de 34 personas, las mismas que en el operativo realizado en 2016. Que el dispositivo este año haya durado dos días más que el año anterior, ni siquiera sirve como triste bálsamo para aplacar tanto dolor consumado en las autovías españolas.

Está claro que la política de seguridad de la DGT no funciona y algo debe hacer el organismo encargado de la vigilancia y control de las carreteras en nuestro país. De hecho, que 2016 se haya cerrado con e 1.159 víctimas mortales en accidentes de tráfico es la peor de las noticias que se podrían haber recibido. El problema no subyace solamente en que este número represente una subida de 28 muertes con respecto al año anterior, sino que se ha puesto fin a una tendencia de descensos que venía registrándose en la última década.
Un nuevo intento millonario

Para poner fin a tal sangría la DGT ha decidido tomar decisiones de calado, quizá por aquello de que a grandes males, grandes remedios. No parece sin embargo, que las subvenciones millonarias a grandes empresas de ingeniería vayan a cambiar diametralmente la situación. El pasado 31 de diciembre, la DGT formalizaba la adjudicación del contrato para el “servicio para la elaboración de estudios e informes técnicos relativos a la circulación y la gestión de la información del Centro de Gestión del Tráfico de Madrid”. El importe que revestirá al convenio parece, cuanto menos, descabellado. 2 millones y medio de euros (2.417.497,72 euros) para un contrato de 24 meses de duración y sin rebajar un céntimo el presupuesto base de licitación.

Un contrato adjudicado a una Unión Temporal de Empresas (UTE), conformada por dos gigantes como Iceacsa Consultores y Tekia Ingenieros que asesorará a la DGT en su gestión diaria de archivos y documentos. La primera, empresa coruñesa nacida en 1985 que se define como “consultora pionera y líder en el desarrollo integral de proyectos en los ámbitos de la ingeniería, edificación, urbanismo y medioambiente”. La segunda, una empresa madrileña fundada en 1998 que “ofrece soluciones basadas en la aplicación de nuevas tecnologías y de nuevos procedimientos organizativos al transporte, buscando la sostenibilidad como horizonte”. La UTE se ha llevado el contrato por “haber formulado la oferta más ventajosa para el organismo y para el interés general” entre las cuatro propuestas recibidas.

Fuente:Extraconfidencial

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