Los examinadores de tráfico siguen con el pie en el acelerador. Y no piensan levantarlo hasta que la dirección general de Tráfico (DGT) atienda unas reivindicaciones que vienen de lejos. Estos profesionales –piden mejoras salariales y un trato adecuado a la particularidad de su trabajo– mantienen su convocatoria de huelga, que a partir del próximo 19 de junio se va a secundar los lunes, martes y miércoles de todas las semanas, hasta el 31 de julio. Una propuesta que deja en la estacada a los miles de personas que en estos momentos preparan sus pruebas para obtener el carnet de conducir. Se calcula que tendrán que suspenderse alrededor de 140.000 exámenes.
El joven barcelonés Adrià es uno de los afectados. Aprobó la teórica hace unas semanas después de estudiar de forma intensiva. Ya cuenta con 23 clases de prácticas del paquete de 30 que ha adquirido en la autoescuela Hoy-Voy. No cree necesitar más por eso calculaba subir a examinarse a finales de junio. “Casi tengo el convencimiento de que no pueda pasar el examen ni en junio ni en julio y tenga que aplazarlo a septiembre”, indica este abogado de 26 años. Debido a la huelga, las autoescuelas están programando los primeros de la lista sin desanimar del todo a los clientes que calculaban tener el carnet antes de agosto, mes inhábil en Catalunya a estos efectos. “En la autoescuela nos han informado del conflicto, pero no nos han indicado cuántas personas podrán hacer el examen y cuántos nos quedaremos fuera”, dice Adrià, que supone que esta actitud se debe a que, por una parte, los acontecimientos son imprevisibles, y, por otra, no quieran arriesgarse a cancelaciones o aplazamientos a septiembre de las clases de práctica para acercarlas a la prueba de tráfico. En el caso de Adrià no deja de ser una contrariedad en la organización de su vida (“quería usar el coche ya en verano”), pero para algunos de sus compañeros el paro amenaza con la pérdida de puestos de trabajo pues habían adquirido el compromiso de conducir.
A partir del próximo 19 de junio, los examinadores de tráfico se va a secundar los lunes, martes y miércoles de todas las semanas, hasta el 31 de julio
La Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) ya demostró el pasado 2 de junio su éxito de convocatoria cuando llama a la huelga. Sólo ese día alrededor de siete mil alumnos de autoescuelas de toda España vieron cómo sus pruebas para obtener el permiso de conducir quedaban anuladas por un paro, que según Asextra secundó el noventa por ciento de los examinadores.
Esta asociación de examinadores pide cobrar un complemento específico por la particularidad de su trabajo. Aseguran que la dirección general de Tráfico les viene engañando desde el 2015, cuando se les prometió que se iba a atender esa reclamación. Una reivindicación que se arrastra desde el año 2008. La asociación considera injusto que un examinador de tráfico cobre ahora el mismo sueldo que percibe un funcionario de oficina. Cuando el primero asume, aseguran desde este colectivo, más riesgos, como el de padecer un accidente de tráfico o sufrir agresiones de aspirantes descontentos con sus veredictos. Pero la cosa no acaba aquí. El colectivo de examinadores también destaca otras incomodidades de su trabajo, como trabajar a la intemperie, poner su integridad física a merced de los profesores de las autoescuelas o los inconvenientes para su salud de una ocupación que les obliga a permanecer jornadas de siete horas en el asiento trasero de un coche. Una postura, sostiene el colectivo, que provoca que la mayoría de examinadores padezca dolores lumbares, en el cuello o la espalda.
La propuesta deja en la estacada a los miles de personas que en estos momentos preparan sus pruebas para obtener el carnet de conducir. Se calcula que tendrán que suspenderse alrededor de 140.000 exámenes
Portavoces de la Asociación de Examinadores de Tráfico aseguran que de momento, aunque no se obtenga respuesta de la DGT, no han tomado la decisión aún si continuarán con los paros en el mes de septiembre de no obtener las mejoras solicitadas. En todo caso, la huelga se paralizará en aquellas comunidades autónomas hábiles en agosto, que no es el caso de Catalunya.
Esta protesta también va a pasar factura a las arcas de la dirección general de Tráfico. El presidente del colectivo de examinadores, Joaquín Jiménez, ha calculado en diferentes entrevistas concedidas los últimos días que la DGT dejará de ingresar alrededor de veinticinco millones de euros en tasas (90,30 euros por convocatoria) por las pruebas que tendrán que suspenderse durante la veintena de días que los examinadores dejarán de trabajar entre junio y julio.
Para la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), las consecuencias de esta huelga van a ser nefastas para los miles de alumnos inmersos ahora en las clases y prácticas para obtener el permiso de conducir. “Muchos de ellos no van a poder opositar este verano en convocatorias de empleo en las que se requiere el carnet, ni tampoco optar a trabajos donde ese permiso es necesario”, ha afirmado el presidente de la CNAE, José Miguel Báez. También son víctimas los profesores de autoescuela, que verán reducido su trabajo. Si en verano, que es cuando solía reforzarse la plantilla, hay menos trabajo, habrá que prescindir de esos profesionales. Y otra cosa de la que se quejan estos instructores es que son señalados como “los malos de la película”, ya que son ellos los que dar la cara ante los alumnos. A esos aspirantes cuesta explicarles el fondo del problema y la mayoría, afirman algunos profesores, creen que todo es una treta para sacarles más dinero.
Asextra, que también se queja de la falta de examinadores, anima a esos aspirantes al carnet que tendrán que esperar para obtener el permiso de conducir a presentar sus quejas ante la dirección general de Tráfico.
Fuente: La Vanguardia
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