Las autoescuelas, igual que las bicicletas, son para el verano. Los jóvenes de 18 años están de vacaciones tras el último curso en el instituto, los universitarios también, y es la época del año que eligen para aprender a conducir. Es por tanto también el momento que más aspirantes escogen para examinarse, tanto del teórico como del práctico. Sin embargo, una circunstancia les impide hacerlo cuando quieren, o cuando se lo demandan a la autoescuela a la que están apuntados: la escasez de examinadores.
Es cierto. Hasta no hace mucho tiempo, la plantilla de la jefatura provincial de Tráfico para examinar a conductores noveles estaba compuesta por ocho personas, pero esa cifra ha bajado a solo 5. Las vacantes que han dejado los funcionarios que se han jubilado no han sido cubiertas en cumplimiento de las leyes que restringen las ofertas de empleo público desde que comenzó la crisis. La DGT no se ha librado, por supuesto, del tijeretazo. Además, en Burgos está próxima la jubilación de otro profesional, lo que reducirá la nómina de examinadores a la mitad. «Nosotros damos un servicio a nuestros clientes, pero si luego ha de transcurrir demasiado tiempo desde que terminan las prácticas hasta que es el examen no es bueno», señala Miguel Martínez, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Burgos.
Raúl Galán, jefe provincial de Tráfico, reconoce que en épocas puntuales como el verano «la capacidad» de examinar «llega al límite», pero «se compensa con medidas excepcionales para dar un servicio adecuado a la demanda». En todo caso, advierte, «la situación no se prolonga más de dos o tres semanas».
Durante el resto del año, la disminución de la plantilla, añade, «no ha visto hasta ahora comprometida la capacidad de la Jefatura porque ha sido en paralelo, por desgracia, a la reducción de alumnos en las autoescuelas». De todas formas, avanza, ya ha convocado un curso de examinadores con el que espera «cubrir alguna plaza para evitar lo que temen estos negocios». Asimismo, indica que la Jefatura «no puede dimensionar una plantilla que trabaja todo el año en función de picos de demanda que no llegan al 10% del ejercicio, pues sería malgastar recursos públicos».
Miguel Martínez está de acuerdo en que «no se pueden malgastar recursos hoy en día», pero se le antoja que una disminución del 50% de la plantilla «es mucha reducción en tan pocos años». Es cierto, según admite, que el número de alumnos que acuden a las autoescuelas ha bajado, «pero no en esa proporción».
Además, advierte de que lo que no se puede negar es que hay una época del año -el verano- «en la que una mayoría de personas quiere sacarse el carné y hay que darles una salida». Asimismo, explica, a medida que se salga de la crisis, «las matrículas irán en aumento y la plantilla de examinadores deberá estar dimensionada para realizar las pruebas». (Información)