Recargar combustible en pleno viaje es una acción muy sencilla, pero a veces cuesta trabajo encontrar la estación de servicio
En los coches con motores térmicos la acción de repostar en una gasolinera suele durar unos pocos minutos, a no ser que al conductor y los ocupantes quieran tomar un café y estirar las piernas. Un acto que se repite asiduamente desde que cualquier conductor se saca el carné. Parar, llenar el depósito y emprender de nuevo la marcha.
El problema surge cuando no hay más remedio que detenerse en
la estación de servicio más próxima (ya sea porque el coche no tiene
combustible, por un problema mecánico o por razones fisiológicas) y al salir de
la autovía no hay rastro de ella. Una intersección, otra carretera, al fondo
una población: se pueden recorrer un par de kilómetros desde la vía principal y
el área de servicio no aparece por ningún lado.
Fuente: motor.elpais.com
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