Asfaltos que se autorreparan, carriles que te recargan la batería, IoT, 'big data'... La red viaria del futuro es ya una realidad que cambiará la forma de movernos y reducirá el impacto medioambiental del tráfico rodado
Cuentan los historiadores que la red española de carreteras tal y como la conocemos hoy empezó a construirse en 1761 sobre los caminos, sendas y calzadas que hilvanaban el país desde tiempo romano.
Desde ese hito fundacional, las arterias del tráfico rodado han evolucionado mucho: no han parado de mejorar las prestaciones de sus materiales, su señalización, la oferta de servicios... Y sin embargo, no ha cambiado su esencia: siguen siendo una alfombra inerte de asfalto sobre la que se deslizan los vehículos para cubrir la distancia entre un punto A y un punto B.
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