El RACC alerta de la antigüedad de las motos y sugiere un PIVE de dos ruedas
El 33% de los no pone el intermitente y el 24% emplea el carril de buses y taxis
El carnet B+3, el que permite que cualquier automovilista con tres años de carnet lleve una moto sin pasar por un examen, fue catastrófico para Barcelona. La DGTno tuvo en cuenta la peculiaridad de la capital catalana, la ciudad de Europa con más motos por cada 1.000 habitantes, y hoy casi la mitad de los accidentados guardan ese permiso en el bolsillo. Aquello se aprobó en octubre del 2004, y la cosa ha mejorado, hasta el punto de que tanto el número de víctimas mortales y heridos graves como el nivel de indisciplina se han reducido de manera importante, aunque todavía queden datos para la reflexión: el 25% de los motoristas arrancan antes de que el semáforo se ponga en verde y el 32% no señalizan el giro con el intermitente.
El RACC presentó ayer un estudio fruto de la observación en una docena de tramos y cruces de la ciudad, todos en el Eixample, el distrito, de largo, con más circulación. No descubre nada que cualquiera no pueda adivinar si ha paseado alguna vez por Balmes, paseo de Gràcia, la Diagonal o Aragó. Pero sí dibuja una tendencia positiva, una actitud más receptiva a la hora de cumplir las normas, si se compara con el 2007, cuando el club realizó un análisis similar. El uso del sentido contrario para alcanzar el semáforo era una práctica habitual para el 23% de los motoristas. Hoy recurren a esta ilegalidad el 9,5%. El exceso de velocidad ha pasado del 21% al 14,7%, y también son muchos menos los que arrancan en rojo, aunque son todavía el 25%, o los que pasan en ámbar, un 38%.
La Diagonal concentra un mayor número de irregularidades. La reforma de la avenida en marcha, sin embargo, no toca el que precisamente es el tramo más delicado en cuanto al tráfico, el central, en el que se abigarran coches, motos, taxis y autobuses. «El proyecto no responde a un tema de seguridad vial, sino a un asunto urbanístico», precisó Miquel Nadal, director de la FundaciónRACC. Él mismo aseguraba en febrero que el ayuntamiento carece de un plan de movilidad, y que la concejalía de Hábitat Urbano se ha comido a la de Movilidad.
RENOVAR EL PARQUE
El RACC alerta en su documento de la vejez de las motos en la ciudad, dado que el 45% tienen más de siete años. Su nivel máximo permitido de emisiones, explicó Lluís Puerto, director técnico de la fundación, lo regula Bruselas, que es mucho menos exigente con los motoristas que con los conductores de un turismo. Así las cosas, el club recomienda un plan de incentivos para la compra de motos más modernas y menos contaminantes, y entre otras medidas encaminadas a renovar el parque urbano de dos ruedas, receta permitir que las eléctricas usen el carril bus, una propuesta que entra en contradicción con el informe que ellos mismos elaboraron hace dos años y bajo el cual el alcalde Xavier Trias se amparó para no permitir que la moto, la que sea, pise el terreno del bus.
«Apostamos por un uso puntual del carril bus, no un abuso», puntualizó Nadal. Esa medida, por ahora, con las elecciones a ocho meses, está más que descartada. (Información)
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