¿Están las autoescuelas preparadas para instruir a sus alumnos en la conducción de un auto que no necesita conductor?
La llegada del coche autónomo a las carreteras va a provocar cambios y polémicas solo comparables a las que se suscitaron hace 150 años, cuando el vehículo a vapor empezó a competir con el caballo.
Hasta que la producción en serie de Ford acabó imponiendo la máquina, la convivencia fue difícil: hubo accidentes, atascos y hasta peleas entre los taxistas que defendían el timón y los que preferían seguir llevando las riendas.
En mayo, un conductor murió cuando su Tesla chocó contra un camión mientras circulaba en modo automático por una carretera de Florida. Este y otros dos accidentes en circunstancias similares, los últimos sin víctimas mortales, han puesto en entredicho la fiabilidad de esta tecnología.
Surgen preguntas peliagudas. ¿De quién será la responsabilidad en caso de siniestro? ¿Del hombre que iba al volante (la víctima de Florida estaba viendo una película cuando se estrelló, y excedía el límite de velocidad)? ¿Del fabricante del vehículo? ¿Del proveedor del software que controla la máquina cuando va por su cuenta?
Los conductores aprueban a los centros, pero los expertos discrepan
La formación vial también tendrá que cambiar. El Centro de Demoscopia de Movilidad, formado por Autoscout24, la división de seguridad vial de Pons, la revista Autofácil y una web de noticias, presentó hace poco un informe que recoge por primera vez esta variable.
El estudio, que se basa en encuestas a 4.445 españoles, el 99% de ellos con carné, no pregunta directamente si las autoescuelas están preparadas para enseñar a conducir un coche que no necesita conductor. Pero sí muestra que, en general, el 70% aprueba la formación que se imparte en ellas, aunque piden mejorar las clases prácticas y actualizar los materiales.
Sin embargo, en Pons Seguridad Vial, que conocen de cerca el sector, discrepan de la impresión mayoritaria. “La obligatoriedad de pasar por la autoescuela para obtener el carné no ha ayudado a que los formadores se actualicen, a que compitan en ofrecer la mejor formación. En lugar de eso, algunos centros han entrado en una vorágine de precios que los ha perjudicado”, expresa Shara Martín, directora general de la consultora.
La experta sostiene que la conducción autónoma transformará la formación vial porque hará necesario entrenar nuevas habilidades. “Tendremos que reaprender a conducir y utilizaremos otro tipo de recursos didácticos, como los simuladores que ya se usan en el sector aeronáutico. Esto requerirá el reciclaje de los profesores”, mantiene.
No obstante, reconoce que la mayoría de centros son pymes o microempresas en las que el autoempleo está muy extendido, y que para muchas de ellas, el reciclaje no es fácil de asumir por motivos económicos o logísticos.
Centros consultados para este artículo confirman que sus instructores no han probado aún estos coches ni están formándose en los nuevos modos de conducción. Javier Lara, gerente de Autoescuela Lara, que tiene 30 centros en Madrid, ve la automatización total como una posibilidad todavía lejana, que tardará 25 o 30 años en llegar. “Hay mucha incredulidad, sobre todo porque los medios suelen exagerar las noticias malas y difundir menos los avances”, dice en alusión a los accidentes de Tesla en EE UU.
Aunque, según la encuesta, el 34% de los españoles estaría dispuesto a montarse en un coche autónomo ahora mismo y otro 30%, en un futuro, Lara cree que el cambio no será fácil a nivel cultural ni económico. “A la gente le gusta cambiar de marcha y, además, los modelos que traerán estos sistemas serán únicamente los de gama media alta”, dice.
Evelyn Sepúlveda, del área de formación y calidad de la autoescuela Hoy-voy de Barcelona, acepta que el coche autónomo provocará cambios en la enseñanza. “No solo enseñamos a conducir sino también a responder de manera segura ante imprevistos y situaciones de tráfico complejas y esto, aunque existan coches autónomos, lo tendremos que seguir inculcando”, apunta.
El estudio sugiere que si no se actualizan, los centros podrían perder un nicho de mercado importante, ya que el 76% de los conductores preferiría que la tarea de enseñarle a usar las nuevas funciones de su auto recayese en los fabricantes o concesionarios.
Solo el 20% confía esta misión a las autoescuelas, resultado que los autores del estudio atribuyen a las diferencias sustanciales entre un modelo y otro, incluso de la misma marca, en el modo de activar ciertas funciones, entre ellas el control de crucero, el cambio automático y el tipo de motor (eléctrico o de combustión).
Los botones y palancas que encienden el cambio automático, por ejemplo, varían de manera radical de un Mercedes Clase G a un Mercedes Clase E. La falta de un estándar en el diseño de estos dispositivos se irá haciendo más problemática a medida que se popularice el coche compartido y los conductores tengan la posibilidad de pasar de un modelo a otro de manera habitual.
Aunque Sepúlveda admite que debería de existir una colaboración entre marcas y autoescuelas, la relación es casi inexistente y se limita a acuerdos de compraventa de vehículos. Lara, por ejemplo, trabaja con Peugeot y Hoy-voy con Mini. Los fabricantes tampoco organizan pruebas o presentaciones para profesores de formación vial cuando lanzan un modelo nuevo al mercado.
De todos modos, Lara aclara que disponer para la enseñanza de modelos equipados con sistemas de asistencia a la conducción no tendría sentido porque durante el examen práctico se verían obligados a desactivarlos. No obstante, la Dirección General de Tráfico aprobará en breve la posibilidad de examinarse con un coche que sea capaz de aparcar solo.
Una cuestión de edad
Contra lo que podría esperarse, no son los jóvenes los más dispuestos a usar un coche autónomo. Solo el 21% de los encuestados con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años se imagina en esa situación. Entre los mayores de 50 la aceptación es del 37%.
"El chaval que aprende a conducir lo que quiere es conducir", comenta al respecto Shara Martín, de Pons Seguridad Vial. "A los mayores, en cambio, nos gustaría que el coche lo hiciera todo", complementa Gerardo Cabañas, director general de Autoscout24.
Fuente: Cinco Días