Desde hace tiempo, la Dirección General de Tráfico, que ya durante todo el año abusa de los controles indiscriminados y masivos, acentúa esta presión policial sobre los ciudadanos con lo que ha dado en llamar «campañas de alcohol y drogas», «campaña del cinturón de seguridad», etcétera. Una forma de actuar que no tiene parangón en ningún país civilizado. Para enmascarar este hecho excepcional en un Estado de Derecho, nos han restregado por la cara los muertos que hay en las carreteras con hábiles campañas de publicidad que demonizaban a los conductores españoles y ponían a esta institución como ángel guardián de los mismos. Por supuesto, nadie menciona el principal motivo de tantas molestias: 400 millones de euros recaudados en multas por la DGT en el 2014 (¡ojo, sin contar Cataluña y País Vasco que tiene transferidas esas competencias!). Tampoco menciona nadie que debido a la bajada de recaudación por radares entre 2011 y 2013 se decidió llevar a cabo una mayor presión con radares de tramo, radares en helicóptero y radares que discriminan el tipo de vehículo (los furgones y furgonetas tienen unos límites de velocidad inferiores a los turismos). Y la aberración jurídica del test de drogas, multando con mil euros el positivo, con parámetros difusos y discutibles; tal y como han puesto de manifiesto muchos profesionales.
Por si esto no les convence les doy dos datos más. La propia Unión de Guardias Civiles denunció en reiteradas ocasiones la retirada del complemento de Seguridad Vial a muchos agentes por la reducción del número de denuncias cursadas, aventurando un horizonte preocupante para los ciudadanos al convertir a los guardias en «obligados perseguidores» para asegurarse la percepción de su salario íntegro. Y otro más, según los datos oficiales, España ocupa el cuarto puesto de la UE con menos muertos en carretera, solo por detrás de Malta, Suecia y Reino Unido. Aún así, si usted viaja por Alemania, Holanda o Francia no verá esta persecución indiscriminada de los ciudadanos ¡Allí los impuestos son claros y no por la tercera vía, como en España!
Una situación grave que todavía puede ser peor. Durante el año algunas policías locales se suman con frenesí a esta sinrazón y a las múltiples «campañas». Sin ir más lejos, durante varios días de esta semana en Boiro podías estar sometido al control de la Policía Local en Praia Xardín y a la Guardia Civil en Cimadevila. Controles indiscriminados que causan molestias a los ciudadanos y no tienen causa de ser, menos en días laborables. Y en fin de semana ya no hay la movida de antaño y el índice de siniestralidad es semejante a cualquier municipio de la comarca. ¿Por qué esa saña con este municipio por parte de la DGT? ¿Y la de la Policía Local?
El ciudadano percibe que se abandonan las otras funciones de estos cuerpos de seguridad para centrarse en la recaudación. Por no citar que la imagen que se transmite de este pueblo, sin duda, no es la mejor ¿Es de verdad el problema de seguridad vial tan grave en Boiro para hacer tantos controles? Si hay delitos, que se persigan de forma objetiva y, si no que, se deje vivir a los ciudadanos. (Artículo de opinión)
Alicia Fernández
www.lavozdegalicia.es
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