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domingo, 7 de julio de 2013

Esquivando las barreras más allá de la carretera

Algunas academias adaptan  su oferta a personas con problemas de analfabetismo y con discapacidades físicas

Renovarse o morir. Ese es el lema que se marcan a fuego muchas autoescuelas alicantinas con el fin de mantenerse. Las fórmulas son de lo más variopintas e, incluso, en ocasiones, solidarias. Por ejemplo, Pedro Ramírez, propietario de una autoescuela en Alicante, está especializado, desde hace ya años, en alumnos con discapacidades físicas. Le animó a meterse en este nuevo campo adaptado de la educación vial el hecho de que su hija fuera sorda y, por supuesto, no quería dejarla sin carné de conducir. Finalmente, ideó un sistema para que pudiera conseguirlo y así fue. "Con determinadas señas mientras conducen y con la colaboración de una profesora de lenguaje de signos, conseguimos que adquieran el mismo nivel formativo que el resto de alumnos", argumenta Ramírez, quien reconoce que las personas sordas tienen a su favor que "agudizan más el resto de sentidos y captan mejor determinadas cosas en la carretera".


Además de clientes con hipoacusia, este profesor cuenta con alumnos que tienen otro tipo de discapacidades, sobre todo de movilidad. Para ello, dispone de los más innovadores aparatajes que adaptan sus vehículos de prácticas a diferentes necesidades.

Las ganas de este profesor por ayudar a sus alumnos sólo se ven mermadas por una cuestión que viene reclamando desde hace años a la DGT: "El lenguaje de los exámenes es demasiado técnico y las personas sordas tienen más dificultad de comprensión lectora. Hasta la fecha, se han mojado muy poco en este sentido". En lo que se centran sus compañeros de la autoescuela no es una discapacidad física, pero sí una barrera importante para mucha gente adulta que, desgraciadamente, sigue dándose a día de hoy: la analfabetización. Debido a que algunas de sus autoescuelas de este grupo empresarial se encuentran en barrios desfavorecidos de Alicante, entre sus clientes existen extranjeros que no dominan el lenguaje o personas con pocas posibilidades que apenas saben juntar las letras. "Tenemos a profesores especializados que durante dos meses les enseñan a leer a través de nuestro manual de seguridad vial", apunta Paco Serrano, propietario de Trafik. Además, ofrecen cursos  que permiten que sus usuarios se saquen el examen teórico en sólo una semana, ofreciéndoles incluso la devolución del dinero en el caso de no aprobar. "Sabemos que la gente no tiene demasiado tiempo y si no te inventas fórmulas así acaban por no venir. La cuestión es saber leer lo que ocurre a tu alrededor".(Información)

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