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domingo, 16 de febrero de 2014

La Guardia Civil se propone atajar la elevada tasa de atropellos con multas a los peatones

La norma exige a los conductores, pero también a los peatones. Para dar un paseo a última hora de la tarde, trasladarse a pie a la verbena del pueblo vecino, acercarse a la taberna a tomar un vino o ir a comprar el pan. El uso del chaleco o brazalete reflectante es obligatorio cuando empieza a anochecer. Lo cierto es que aunque la Ley de Seguridad Vial recoge multas para los peatones del rural que no utilizan dispositivos reflectantes, son pocas las denuncias a viandantes por este incumplimiento. Pero la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico quiere poner fin a la impunidad con la que circulan los peatones en las carreteras secundarias, donde se producen el 80% de los accidentes mortales. Y para ello pondrá en marcha un plan especial para controlar el uso de los chalecos reflectantes, ya que los atropellos son la gran lacra de la accidentalidad en las carreteras gallegas: un tercio de fallecidos en lo que va de año en el asfalto en Galicia eran peatones.

"Vamos ejercer una labor especial de vigilancia y control sobre las conductas infractoras de los peatones y denunciar cuando se observen. Eso se va a hacer a partir de ahora", confirma el jefe de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia, el teniente coronel Francisco Javier Molano.

¿Quién es el responsable de un atropello mortal? En más de la mitad de los accidentes, las causa es atribuible al peatón. Según un estudio del Real Automóvil Club de España (RACE), el 26% de las infracciones las cometen personas que superan los 65 años.

La falta más común es cruzar fuera de los pasos de peatones -el 43% lo hace fuera de ellos-. Por horas, se producen más atropellos mortales por la noche y al atardecer. Un 53% de los accidentes mortales ocurre en esa franja horaria. Y lo más alarmante, casi la mitad de los fallecidos a causa de un atropello había consumido alcohol o algún tipo de estupefaciente.

Mientras la Guardia Civil se propone denunciar a cada peatón que cometa una infracción en carretera, en el caso urbano los concellos se resisten a sancionar a los viandantes que se saltan la norma. Pese a que la indisciplina de muchos peatones en ciudad puede acabar en atropello -cruzan a diario las calles saltándose los semáforos y los pasos de cebra, atravesando isletas o bordeando rotondas-, ningún ayuntamiento gallego sanciona a los transeúntes. Y eso que las ordenanzas municipales recogen sanciones de unos 60 euros para los peatones infractores. Desde las autoescuelas califican de "auténtico desastre" las situaciones de riesgo que provocan los viandantes en ciudad. (Información)
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