La Comisión Europea a través de UNCE obliga a la implantación de sensores de presión en todos los modelos nuevos a partir del 1 de enero de 2012 y no se podrá comercializar un vehículo que no lo incorpore en noviembre de 2014.
Es decir, todo modelo nuevo que vea la luz a partir del 1 de noviembre deberá incorporar este sistema de seguridad, no así los modelos que ya se venden. De cualquier forma, dentro de dos años no se podrá comprar un coche que no lo instale de serie. (Leer más)
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