En Lugo hay avalancha de imputados. Uno de ellos es el exsubdelegado. La jueza de uno de los casos de retiradas de multas descubrió que era una especie de santo al que acudían centenares de personas con la misma letanía: «Suso, tes que sacarme a multa». Y Suso (como así se conoce amistosamente a Otero) con fama de buena persona, se mojó y no en agua bendita, precisamente. (Noticia completa)
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