Desde enero, en Francia, está prohibido usar en el coche cualquier aparato que
indique la situación de los radares, incluso los que simplemente lo hacen
utilizando una base de datos -por ejemplo, la gran mayoría de los GPS-. ¿La
multa? De hasta 1.500 euros. Con ello, las autoridades del país galo intentan
que los conductores no reduzcan puntualmente su velocidad ante la posible
presencia de un radar. (Información completa)
www.eleconomista.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario