Ya sea por comodidad o por necesidad, lo cierto es que cuando repostamos carburante para nuestro coche no es normal que pensemos demasiado en qué establecimiento lo vamos a hacer, ni que miremos mucho si tienen algún tipo de oferta.
Lo habitual es que repostemos en la gasolinera que nos «pille de paso» en nuestro trayecto, y que lo hagamos cuando se nos acaba de encender la «luz de la reserva».
Atrás quedaron aquellos tiempos en los que le echábamos «mil pesetas», una cantidad que con el paso del tiempo se ha convertido en «veinte euros», lo mínimo para que la aguja del depósito suba un mínimo como para que nos demos cuenta de que acabamos de pasar por un surtidor.
Pero en estos tiempos en los que las economías familiares no están precisamente «sobradas», cada vez son más las organizaciones, portales de internet, e incluso en mismísimo Ministerio de Industria los que se proponen facilitarnos las cosas para que encontremos la forma de repostar al menor precio posible. (Leer más)
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