«Al principio fue costoso por el operativo que se requería para ponerlo en marcha», indica Serafín Sánchez, jefe provincial de Tráfico en Cantabria, «y por el sistema en sí», un modelo informático que en más de una ocasión dejó la pantalla en blanco a más de un alumno, o bloqueó el sistema de tal manera que tras abortar fue imposible reiniciarlo, con lo que hubo que recurrirse al tradicional método del papel y bolígrafo. «Pero todo eso está superado», dice Sánchez, «y todo son ventajas». Desde el ahorro de papel, al fin de la picaresca de algunos alumnos para aprobar mediante conexiones externas o cambiazos de cuestionarios. (Leer noticia completa) www.eldiariomontanes.es
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