La prohibición que el Ayuntamiento de Barcelona quiere aplicar a la circulación de bicicletas por las aceras tiene una contraprestación a favor de este vehículo. El acoso que muchos conductores motorizados ejercen sobre los ciclistas que van por las calzadas de las zonas de tráfico calmado -en las que el límite es 30 km/h- para que aceleren o se aparten será considerado una infracción y, por tanto, se sancionará. Así constará en la nueva ordenanza municipal de circulación, según anunció ayer el concejal de Movilidad, Eduard Freixedes, que abogó por dar a cada modo de desplazamiento su propio espacio y por proteger al más débil en los casos en que lo compartan. (Leer más)
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