Los servicios en favor de la comunidad es una alternativa manejada de forma habitual en países como el Reino Unido y que en España han comenzado a utilizarse en los últimos años. El juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, fue uno de los pioneros al incluir en sus sentencias la obligatoriedad de realizar servicios sociales en lugar de cumplir condena. Sus sentencias no dejaron indiferente a nadie. Así, por ejemplo, obligó a un joven «hacker» a impartir 1.000 horas de clase de informática a estudiantes. O la decisión de que un conductor temerario y sin carné tuviera que patrullar junto a un policía local durante 100 horas. Otras de sus sentencias más polémicas establecían que un menor que conducía un ciclomotor sin seguro tuviera que visitar la planta de Traumatología del hospital de Granada o que otro joven que circulaba sin permiso tuviera que pasar un día entero con pacientes parapléjicos, compartir con ellos sus experiencias y redactar un texto con lo aprendido. (Leer más)
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