Imagine que se acerca a un semáforo con la luz en verde, o a una intersección donde tiene la preferencia, pero de pronto su automóvil le avisa de que otro vehículo está a punto de cruzarse en su camino con el consiguiente riesgo de accidente. O que no le da tiempo a hacer un giro a la izquierda sin chocar con el coche que viene de frente por el carril contrario.
Son sólo dos aplicaciones de todo elarsenal de sistemas que pueden funcionar basados en la comunicación entre vehículos, pero se bastarían para salvar casi 1.100 vidas y evitar cerca de 600.000 accidentes al año. Al menos, según los cálculos del Departamento de Transporte de EEUU y del organismo que vela por la seguridad vial en el país, la NHTSA. Ambas han presentado, como continuación de su iniciativa de febrero tras casi una década de investigación, un proyecto para implementar los dispositivos V2V en todos los vehículos.
La intención es que el proyecto, abierto a consulta pública durante dos meses, sea una norma en el año 2016, aunque su aplicación a toda la flota de vehículos tardaría unos años más. De hecho, la investigación que acompaña al proyecto estima que en el año 2020 el coste medio de estos equipamientos rondaría los 350 dólares. Esto incluiría el coste de un soporte seguro de transmisión de datos que nunca permita identificar al vehículo y obtener información sobre el mismo en tiempo real.
También habría que crear un protocolo para que los coches de distintas marcas se entiendan sin problemas. Aunque esta parte parece muy avanzada según un trabajo de campo llevado a cabo en 2012 y 2013, también en EEUU, por varios grandes constructores. En esta investigación, la transmisión de datos se realizaba a razón de 10 veces por segundo y recogía la posición del vehículo y su desplazamiento (velocidad, grado de giro, aceleración o frenada, etc).
Pero, además de su primera finalidad, la comunicación V2V puede resultar decisiva para potenciar la eficacia de otros dispositivos de seguridad ya instalados. Por ejemplo, los de frenada de emergencia que evitan colisiones por alcance pero no funcionan a todos los rangos de velocidad y, en todo caso, podrían activarse antes.
Otra nueva dimensión sería añadir a la V2V, la comunicación V2I(del vehículo con la infraestructura), que da lugar a interesantesventajas en eficiencia y gestión del trafico al lograr, por ejemplo, adecuar las velocidades a las frecuencias de los semáforos o a la capacidad de una carretera para evitar que se generen embotellamientos.
De hecho, ambos sistemas están obligados a complementarse ya que son esenciales para el llamado coche autónomo. (Información)
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