Magín Fernández no lo pensó dos veces y decidió matricularse en la autoescuela; a los cinco meses tenía el permiso en su mano
La edad no frenó a Magín Fernández Martínez (Cospeito, 1934) a regresar a las aulas. El hecho de recibir pocos apoyos para la vuelta tampoco lo llevó a dar marcha atrás. Estuvo en punto muerto aproximadamente siete meses pero al final decidió meter marcha y apuntarse a la autoescuela. Todo con una única finalidad: obtener su tan necesario permiso de circulación español.
Magín Fernández residió en la ciudad canadiense de Quebec durante cincuenta años. En noviembre del 2014 regresó a España. Aquí se encontró con un serio problema; a los seis meses le caducaba el permiso de conducción que había sacado en el país extranjero. «En Canadá saquei o carné de coche e de camión pero non me valía para aquí». Como el coche es algo fundamental para Magín, no se lo pensó dos veces y con sus 81 años se matriculó en la Autoescuela. «Eu non podo estar sin coche porque me encanta viaxar e andar por varias provincias. Además é imprescindible para ir de Lugo a Cospeito», dice este octogenario, quien adelantó que su primer viaje largo será Portugal o Madrid.
En la autoescuela Rosalba de Lugo echaba horas. Pasaba mañanas y tarde haciendo test y estudiando duramente. Un esfuerzo que finalmente dio su fruto: aprobó todo a la primera. Lo que más le costaba a este octogenario era entenderse con el ordenador, pero con la ayuda de Alberto y Thania, sus dos profesores, adquirió todos los conocimientos en materia informática. También le fue difícil adaptarse al coche manual porque en Canadá circulaba con coche y camión automático. «Levaba 30 anos sin coller un coche manual. Ademáis tiven que empezar de cero e poñerme a estudiar todo. Á miña idade iso é moito máis difícil porque olvídanse as cousas, a axilidade non é a mesma, tampoco a vista está tan aguda...», explicó Magín, quien recordó los líos que se hacía con las palabras en español. «iO profesor era moi esixente. A nada que fixera algo xa me corrixía. Preparoume moi ben para ir ao exame. Gracias ao seu perfeccionismo e profesionalidade aprobei», reconoció Magín.
Por su parte, su docente, Alberto Rodríguez, recordó las bruscas arrancadas de Magín con el coche, al no estar acostumbrado al cambio manual.
Constancia y esfuerzo
Además de sacar el teórico a la primera, solo le hicieron falta 12 prácticas para obtener el permiso para conducir en España. «En febreiro del 2015 deille o libro pero hasta setembro non decidíu vir», manifestó su profesora, quien lo definió de alumno ejemplar.
El pasado 19 de enero aprobó el examen teórico y el cinco de febrero el práctico. «O día que aprobei, todo eran felicitacións; iba conducindo cara a Cospeito para darlle a nova a todos e a miña sorpresa foi que cando cheguei a casa, todos sabían que aprobara», contó Magín, quien añadió que esto se debió a que los profesores de la autoescuela ya lo habían hecho público. (Información)
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